- La obra del puente de Astiñene, entre Egia y Loiola, no tiene máquinas ni operarios trabajando. La intervención está temporalmente en suspenso a la espera de que se construya el tablero de la futura pasarela viaria, peatonal y ciclista, en un taller de Burgos. La concejala de Proyectos y Obras, Marisol Garmendia, asegura que la ausencia de actividad no obedece a un retraso sino que es lo habitual en la construcción de los puentes, en los que es necesario calcular de modo exacto las características del tablero que, a su vez, dependen de los apoyos sobre los que se deberá sujetar.

Así pues, los cuatro meses aproximados que puede tardar en confeccionarse el tablero, con algo de curva, no son considerados como un retraso por el Ayuntamiento, que recuerda que también hubo que esperar a que estuviera listo el tablero en el quinto puente, por ejemplo. Lo que sí alarga la obra sobre lo inicialmente previsto es la ampliación del plazo de ejecución en diez meses, ya aprobado, y el desencuentro surgido entre el Ayuntamiento y la constructora Murias, que presentó un recurso sobre la ampliación, que fue rechazado el pasado martes por la Junta de Gobierno local.

El nuevo plazo de obras aprobada por el Consistorio sitúa el fin de los trabajos en febrero de 2021, dos años después del arranque de la actuación, en lugar de los 15 meses previstos en la adjudicación de los trabajos, de más de tres millones de euros de coste.

El motivo de la ampliación del periodo de obra se basa en que los pilares sobre los que reposará el nuevo puente, uno en cada margen del río, no tendrán finalmente dos metros de diámetro, como se proyectó, sino 1,5 metros. Por lo visto, la dificultad en hallar una máquina especial para colocar los micropilotes de los pilares hizo que estos elementos se hicieran más pequeños. Ahora, este cambio en la configuración de los apoyos obliga a recalcular las características del tablero y confeccionarlo según los nuevos números.

El viejo puente de Astiñene, que tuvo que ser reforzado para permitir el paso de vehículos tras detectarse una grieta peligrosa, deberá seguir en pie más tiempo, hasta que el nuevo esté definitivamente terminado.

El nuevo puente no tendrá ningún apoyo sobre el río, solo a los lados. Será el doble de ancho que el actual, lo que le permitirá tener dos carriles de circulación, dos aceras y dos bidegorris. La obra es financiada tanto por el Ayuntamiento como por la agencia vasca del agua URA.