- El polideportivo de Altza, afectado por innumerables contratiempos, como la aparición de amianto en sus terrenos cuando iba a comenzar su construcción hace cuatro años, empieza a tomar altura. Tras el retraso en el inicio, llegó este año el parón del confinamiento y problemas motivados por el impago a los trabajadores de una de las contratas. Finalmente, la obra se retomó y este verano los vecinos pueden ya apreciar los muros que se levantan hacia el cielo, en el mismo espacio que ocupó el primer centro deportivo que tuvo el barrio.

El nuevo edificio dispondrá de canchas y galería de espectadores en la segunda planta. La instalación, además, contará con un recinto de piscinas cubiertas, así como un vestíbulo general y cafetería. También acogerá en el futuro un conjunto de piscinas exteriores que, según los últimos cambios llevados a cabo en el proyecto, estarán elevadas con el fin de no tener que excavar el suelo, que podría contener amianto.

La presencia de este elemento peligroso (si entra en contacto con el aire) ha condicionado toda la obra. En primer lugar, el proyecto se dividió en dos fases, con el fin de llevar a cabo primero la excavación de las plantas subterráneas y después la del edificio, que puede contemplarse ya. Los cambios derivaron en un aumento de presupuesto de 12 a 17 millones de euros.

Los últimos planes municipales preveían que la instalación estuviese terminada en 2021, tras un periodo de veinte meses de obras. Sin embargo, los últimos contratiempos podrían añadir algún mes más a la finalización de los trabajos.

Para evitar que los vecinos de Altza se queden sin instalación deportiva en el barrio, el Ayuntamiento habilitó en el edificio del antiguo Instituto de la Construcción un moderno gimnasio, que ha sido muy utilizado hasta la llegada del coronavirus.