ehon Hamasei, estudio y creación es un nombre que esconde muchos otros nombres, los de los impulsores de los distintos proyectos que han encontrado su nido en el número 11 de Virgen del Carmen, tras abandonar la incubadora de Tabakalera.

Son Ana Barrantes y Ion Estala, de Node; Oihane Pardo, de Amarenak, Jesús Lacorte, de Lacorte Films, y José David Portales. Node es una compañía de danza, teatro y audiovisuales impulsora del proyecto Labo; Amarenak es una firma donostiarra de moda sostenible que reinventa prendas tradicionales de la cultura vasca; Lacorte Films es el sueño hecho realidad de un arquitecto de formación y cineasta de vocación, y José David Portales conjuga la docencia con su trabajo como artista freelance en el terreno de la imagen 3D.

Casi todos los artífices del proyecto coincidieron en el espacio Kutxa Kultur Enea de Tabakalera, una incubadora de iniciativas culturales. "Se nos acababa el periodo de incubación a finales de marzo y, como en cierta manera seguimos vinculados con Tabakalera, decidimos mantener el vínculo pero con nuestro proyecto propio", explica Pardo.

Ion Estala y Ana Barrantes unieron sus pasos tras conocerse en una de las compañías de danza en la que trabajaron anteriormente. Fue en 2016, fecha en la que todos recalaron en Tabakalera, un año especial al que rinden homenaje en el nombre del proyecto.

También allí conocieron a Jesús Lacorte y comenzaron a desarrollar proyectos en común que vinculan la danza y lo audiovisual, algo que hizo que estrecharan lazos, al igual que con Pardo, cuya propuesta va más allá del diseño de moda.

La opción de Egia fue la elegida por unanimidad, una zona donde "borbotea la actividad cultural". "Queríamos también aportar algo al barrio" y tras mirar varios locales se decantaron por el que actualmente ocupan, siempre mirando a Tabakalera, donde desarrollan distintas propuestas.

Portales se dedica a los efectos visuales y es el único que no viene de Kutxa Kultur Enea, aunque sí tiene vinculación con Tabakalera donde, por ejemplo, es comisario en diversos eventos del laboratorio audiovisual, 2deo. Teletrabaja para diversas productoras en la posproducción y los efectos visuales.

Todos ellos sumaron sus fuerzas en Nehon Hamasei y la ilusión por el proyecto y la constante conexión entre ellos para sacarlo adelante aligeró la preocupación durante el confinamiento, un hecho imprevisto que frenó eventos e iniciativas ya en cartel.

Ilusión y ganas definen a este grupo de experimentados creadores que, pese a su juventud, pueden acreditar un currículum rico en vivencias e iniciativas.

Duro el confinamiento e ilusionante el reencuentro y la puesta en marcha de Nehon. "Fue como pasar de cero a cien. Poner en marcha el local y activar proyectos pendientes. Cuando empezó a haber movimiento todo era para ya: las ayudas, la presentación de proyectos. Teníamos que recuperar el tiempo perdido", explica Barrantes.

Portales quedó menos frenado, porque pudo seguir teletrabajando, aunque vio cómo se dificultaba su trabajo como docente en la escuela de cine de Andoain.

Pero todo queda ya atrás y, pese a que el futuro viene cargado de incertidumbre de la mano del COVID, se muestran satisfechos. "Nosotros dependemos de actuar ante el público y siempre estamos a la espera de lo que pueda pasar al día siguiente", explica Estala que no pierde el ánimo. "No podemos parar aunque no sepamos qué nos depara el futuro. La vida continúa", corrobora Barrantes.

"Ninguno estamos en un sector fácil, pero creemos en lo que hacemos y vamos a seguir pase lo que pase. Este proyecto nos ha ayudado a cambiar el chip", subraya Pardo. "Podremos recordar 2020 no solo como el año de la pandemia, sino como el año que se creó Nehon", concluye Barrantes.