- Un semáforo regula desde ayer el tráfico alterno en las dos direcciones en el único carril que queda abierto en el paseo de La Concha, en las inmediaciones del túnel de Ondarreta. Las obras de refuerzo del muro en esta zona y de eliminación de uno de los tres carriles de circulación (para ampliar el bidegorri y la acera) han entrado ya en su última fase y los operarios necesitan ocupar también el carril central para trabajar, por lo que solo queda libre el más cercano al muro, es decir, el que circula en dirección al Centro.

Fuentes del departamento de Obras y Proyectos confirman que, en principio, los trabajos finalizarán la segunda quincena de junio y, hasta entonces, se mantendrá la situación actual, con un único carril abierto que regula un semáforo para dar paso alternativo a quienes circulan en un sentido y en otro. La afección, de todos modos, es menor de lo habitual dado que hay menos tráfico debido al estado de alarma.

Ese único carril, además, se cierra completamente a los vehículos motorizados (también los autobuses se desvían por Pío Baroja) todas las tardes de 20.00 a 21.30 y los fines de semana también de 7.30 a 10.00 horas, coincidiendo con las horas de mayor afluencia de bicicletas, corredores y paseantes en estas primeras semanas de la desescalada. El objetivo es que tengan más espacio y se pueda respetar la distancia de seguridad entre unos y otros.

Las obras se extienden alrededor de 200 metros desde el túnel, aunque el corte de tráfico en esas horas dejará libre de vehículos también el resto de La Concha, hasta el arranque del paseo de Miraconcha, por donde se desvían los vehículos. Así, en esos periodos horarios los peatones, ciclistas y corredores pueden ocupar los tres carriles de circulación casi hasta la altura de La Perla.

En la zona de obras, con los dos carriles de circulación ocupados por los operarios, los peatones pueden circular ahora también por la acera, que ya está reabierta.

Las obras en este tramo de La Concha arrancaron hace un año con las tareas auxiliares previas al objeto central de la intervención, el refuerzo del muro de la costa y la reposición de la barandilla en este tramo. Hubo, sin embargo, distintos contratiempos y retrasos. Por un lado, tras la quiebra de la fundición que, en los últimos años, se encargaba de construir la emblemática barandilla, llevó algunos meses encontrar otra firma que pudiera fabricarla, hasta que se le hizo el encargo a la Companhia Industrial de Fundiçao de Oporto.

Por otro lado, hubo que cambiar el proyecto original, que preveía ampliar el voladizo sobre la playa para ensanchar así la acera. Sin embargo, finalmente se desechó esta opción y en diciembre se decidió eliminar uno de los tres carriles de circulación para ampliar la acera hacia el interior, lo que permite mejorar también el bidegorri en ese trayecto y contribuirá a reducir el tráfico rodado. En realidad la opción de eliminar un carril llevaba tiempo sobre la mesa, pero el Gobierno municipal decidió aprovechar la coyuntura de las obras: desde octubre había ya solo un carril en cada sentido abierto por los trabajos (el otro estaba ocupado por los operarios), por lo que se optó por consolidar esa situación.

El refuerzo del muro, la colocación de la barandilla y la renovación de la acera están ya completados, y los trabajos se centran ahora en la eliminación definitiva del carril de circulación, que se acondicionará como bidegorri (el actual será la ampliación de la acera). Para garantizar la seguridad de los ciclistas, se construirá una valla de separación entre ellos y los dos carriles de tráfico.