- Restituir los valores originales del inmueble, conservando su atmósfera industrial. Sobre ese criterio ha pivotado la restauración integral a la que se ha sometido el edificio del Reloj, que en otros tiempos servía de acceso al conjunto fabril de la Unión Cerrajera. La construcción inaugurada en 1939 ha concluido su metamorfosis. Tras dos años de obras y de apuesta "estratégica" municipal, el vivero cultural que emergerá entre las cuatro paredes de Kulturola, el nombre con el que se ha bautizado al emblemático edificio, ya está listo para recibir a sus inquilinos: 18 grupos dedicados al teatro, las dantzas, la zarzuela, la pintura, trikitixa, gigantes..., además del euskaltegi municipal.

"Se han recuperado los valores del inmueble como los antiguos lucernarios, las fachadas, el reloj....; en la carpintería se ha utilizado una sección muy especial y pequeña que recuerda a la originaria", detalló esta semana Jovino Martínez Sierra. En una visita dirigida a los medios, el arquitecto asturiano no escatimó en elogios hacia un edificio que definió como "elemento absolutamente singular y testimonial de la historia del movimiento moderno y de la industria de Euskadi y Arrasate".

Esta cuidadosa intervención ha permitido preservar el espíritu fabril de la edificación e incorporar algunas peculiaridades como un nuevo núcleo de escaleras en color rojo (se mantienen también las históricas), "en alusión al logo de la antigua UCEM", relató Martínez Sierra. Otra de las particularidades es la grada en forma de caja donde se alojan los baños en el espacio común de la segunda planta.

La ciudadanía podrá contemplar el resultado de la obra en las visitas que guiará la historiadora Arantza Otaduy del 17 al 23 de enero. A finales de ese mes podrán iniciar la mudanza los usuarios de Kulturola, que ya se prepara para llenarse de vida.