ntes de que termine el año las excavadoras acamparán en Zubieta y Masterreka. El proceso para reurbanizar estas dos calles de Bergara ya ha echado a andar con la puesta en marcha de la convocatoria para licitar las obras por un importe de 2.349.900 euros. Las tres fases contempladas en otros tantos proyectos que fueron redactados en 2016 han sido recogidas en un único documento, con el objetivo de sacar a concurso estos trabajos en un solo paquete y con un plazo de ejecución de 18 meses.

A Zubieta y a Masterreka por fin les ha llegado la hora de someterse a un lifting urbanístico que arrancará en invierno y estará concluido, si todo marcha sin contratiempos, para verano de 2023. El Consistorio bergarés tiene abierto hasta el día 18 de este mes el plazo para que las empresas presenten sus ofertas de cara a acometer las obras, que abarcarán el trayecto entre la fuente y el cruce de Infernokua, en la calle Zubieta, y desde esta última intersección hasta el estrechamiento del vial a la altura del palacio Egino-Mallea.

Para hacer frente a una inversión de este calado se echará mano de un plan de financiación plurianual con cargo de 800.000 euros al presupuesto de 2021; 1.025.000 euros a las cuentas de 2022, y los restantes 525.000 euros se destinarán en 2023.

Las primeras previsiones para el inicio de los trabajos de reurbanización apuntaban la fecha de finales de 2020. Un cambio de estrategia ha llevado a refundir en un único proyecto los tres documentos que los estudios BEB Arkitektoak y Zetabi Arkitektura Bulegoa habían redactado por fases. En estos últimos meses, además, los responsables municipales han mantenido reuniones con los vecinos de la zona para testar su opinión sobre la citada actuación urbanística, y se han incorporado sugerencias relacionadas, por ejemplo, con la accesibilidad y los estacionamientos.

Desde el Gobierno municipal justifican el desarrollo conjunto de todo el proyecto en "dotar de una mayor coherencia" a la realización de las obras y reducir conflictos entre fases.

La reducción de la velocidad del tráfico rodado, la ampliación de las aceras, la reordenación de los aparcamientos, la supresión de barreras urbanísticas, la renovación del mobiliario urbano, las infraestructuras (separación de aguas pluviales dirigidas al río y las residuales que seguirán vertiéndose al colector de la depuradora), y el alumbrado público con tecnología led de bajo consumo son las claves de la intervención urbanística que se llevará a cabo en Zubieta y Masterreka. Con criterio general, la actuación principal para reordenar ambas calles se centrará en disminuir la anchura del vial, ganando espacio para las aceras y ofreciendo una nueva distribución a los estacionamientos. Se potenciará, asimismo, el uso peatonal con la adecuación de nuevos pasos de cebra elevados para que se respete la velocidad.

En el caso de Zubieta se proyectan aceras a ambos lados de 1,50 metros (en algunos puntos no será posible alcanzar esa medida), que se pavimentarán con adoquines prefabricados con cenefa en granito y el mismo acabado que presenta la esquina de la calle Bideberri (junto al establecimiento Biciprecisión Igartua) y el Bule. La calzada, por su parte, quedará mermada a 5,50 metros y su firme será de asfalto impreso.

También se ordenarán los aparcamientos situados junto al río, que se marcarán en línea para facilitar la creación de la acera (se perderán algunas plazas) y surgirá una pequeña zona de estancia.

En cuanto a Masterreka, se habilitarán aceras de 1,80 metros siempre que haya opción (de no ser así se priorizará el lado con más portales), junto a un doble carril de tráfico de seis metros, y un bordillo de acera de doce centímetros. Los acabados de la calle y la mejora de las infraestructuras darán continuidad a la intervención que se materializará en Zubieta. Por otro lado, los dos embudos de la calle, junto al palacio Egino-Mallea y frente a la fuente, seguirán con sentido único de paso para los vehículos como hasta ahora. En el primer punto regulado por semáforo, y en el segundo con prioridad a los que bajan de Bolu.

Se trata, por tanto, de mejorar la movilidad y accesibilidad de los viandantes, pero manteniendo el doble sentido de circulación en todo el recorrido.