- Más de 10.000 vehículos de media diaria soporta la GI-2630, la principal arteria de comunicación de Oñati. Regular el intenso tráfico que surca esta vía, sobre todo en las horas punta que coinciden con la entrada y salida de las empresas, es el objetivo de la batería de actuaciones que ya están en marcha. Dos rotondas, en Munazategi y Goribar, son los platos fuertes de un programa de intervenciones que se reforzará con medidas de calmado de tráfico y la mejora del índice de rozamiento del firme en tres curvas.

El departamento de Infraestructuras Viarias de la Diputación anunciaba el pasado febrero estas obras de calado en la carretera que enlaza Oñati con San Prudencio. Desde hace unas semanas, en el entorno del caserío Arriagakua, en el punto kilométrico 19,7, se están desarrollando trabajos para apaciguar el tráfico. "Se han instalado isletas con bordillos y estrechado la calzada para reducir la velocidad, limitándola a 50 km/h, además de habilitar un paso peatonal sin prioridad. Se va a dar también un tratamiento especial al firme para elevar su rozamiento", detallan desde el ente foral. Se han colocado, asimismo, dos radares pedagógicos en ambos sentidos de circulación para alertar a los conductores de que levanten el pie del acelerador en caso de sobrepasar los límites permitidos.

Estas obras están "a punto de finalizar" y cederán el testigo a las de la glorieta de Garibai o Munazategi, que según las previsiones, darán el pistoletazo de salida "en los primeros días de agosto". De la financiación y ejecución de esta rotonda se encargará la cooperativa Ulma, aunque el Consistorio oñatiarra sufragará una parte, concretamente la conexión de esta nueva infraestructura a Garibai para que los vecinos de este barrio rural tengan un acceso más seguro a la GI-2630. Los trabajos para acondicionar este ramal se sacarán a licitación "esta próxima semana", tal y como avanzaron desde el Ayuntamiento, con el fin de iniciarlos "en octubre", haciendo que coincida su finalización con "el resto de las obras de la rotonda, que tienen un plazo de cuatro meses". Si todo marcha sin contratiempos, la nueva glorieta de Munazategi estará lista para finales de año.

En cuanto a la segunda rotonda, correrá a cargo de la Diputación y se ubicará en el barrio de San Pedro, en la confluencia de la GI-2630 con la calle Otadui Zuhaiztia. Permitirá suprimir todos los giros a la izquierda que se encuentran en los 700 metros que separarán las citadas glorietas, y a petición del Consistorio se adecuarán dos paradas de autobuses. El proyecto ya está redactado y se pondrá en exposición pública "en septiembre", adelantaron desde el ente foral. Las obras, por su parte, se llevarán a cabo en 2022.

El resto de mejoras contempladas en otros puntos de la GI-2630, que incluyen la mejora de la fricción del firme y la renovación de la señalización y balizamiento, están planificadas para este año.

En definitiva, una actuación que en su conjunto responderá a una vieja reivindicación que busca soluciones para estos puntos negros del tráfico local, que soportan un intenso movimiento de vehículos y han registrado una alta siniestralidad.

El Ayuntamiento sacará esta próxima semana a licitación los trabajos del ramal que unirá el barrio de Garibai con la rotonda de Munazategi