- El pasado mes de noviembre del 2020 la Consejería de Salud del Gobierno Vasco concedió la autorización necesaria para el uso del nuevo cementerio de Artzabal y ese mismo mes el Consistorio debarra procedió a la recepción que daba por terminadas las obras de construcción.

Sin embargo, no ha sido hasta ahora, cuatro meses después, cuando el Ayuntamiento ha dado diferentes pasos que permiten empezar a vislumbrar la futura apertura del nuevo equipamiento. Dichos avances se dieron en un Pleno extraordinario que se celebró el jueves; una sesión en la que la corporación municipal adoptó varias decisiones de calado relacionadas con el nuevo cementerio.

Por un lado, la corporación aprobó, por unanimidad, la liquidación del nuevo equipamiento, que finalmente ha supuesto una inversión total de 1.972.985 euros (IVA incluido). Por otro, la mayoría del Pleno aprobó el reglamento que regula el régimen y funcionamiento del camposanto.

Esa normativa, que establece tanto los criterios a cumplir por el Ayuntamiento y las personas usuarias de los servicios funerarios como las condiciones de uso de las instalaciones que conforman el equipamiento (cuenta con recepción, zona de ceremonias para homenajes y despedidas, dos velatorios, espacio de recepción de cadáveres, aseos públicos, dependencias auxiliares para vestuarios o limpieza, nichos, columbarios, zona de monumentos, una fosa común, aparcamientos€), salió adelante con el voto favorable de los representantes de EH Bildu (6) y de Debarren Ahotsa (4); mientras que los concejales del PNV (3) votaron en contra.

El portavoz jeltzale, Iñigo Cambronero, justificó la posición de su grupo al considerar que la ordenanza que regula el uso del nuevo cementerio "presenta algunas carencias".

Según sus palabras, "tras consultar con empresas dedicadas a la gestión funeraria hemos constatado que no está desarrollado el traslado del cementerio de Amillaga y que la normativa elaborada no contempla ni la opción de conservar después de diez años los restos depositados en el nuevo cementerio ni la posibilidad de enterrar allí a personas que no están empadronadas en Deba, como las residentes en Urazamendi".

En respuesta a esas declaraciones, el alcalde, Gilen García, subrayó que "lo que se aprueba ahora es la normativa de uso del nuevo cementerio, que trae un cambio de modelo, y no el traslado del viejo cementerio de Amillaga, que seguirá teniendo un uso regulado por su propia normativa".

En la misma línea, el portavoz de Debarren Ahotsa, Pedro Bengoetxea, incidió en que "debemos contar con unas ordenanzas para la gestión y uso del nuevo equipamiento" y añadió que "el siguiente paso será ver cómo cerramos el viejo cementerio".

El voto favorable de los ediles de la oposición fue suficiente para que el Pleno aprobara una moción presentada por Debarren Ahotsa solicitando al equipo de Gobierno un compromiso para que en la sesión plenaria del próximo 25 de marzo "determine una fecha para la inauguración y apertura oficial del cementerio, establezca un calendario sobre la gestión a realizar con el traslado del viejo cementerio y ponga en conocimiento de la ciudadanía los nuevos pasos a realizar".

Aprobada esa moción (EH Bildu se abstuvo), el alcalde debarra reconoció que "el resultado de esta votación nos dice que estamos obligados a adoptar ese compromiso" y mostró su disposición a "trabajar para poner una fecha" para la apertura del nuevo cementerio.