- El grupo local de Euzko Gaztedi Indarra (EGI) de Irun hizo ayer pública, a través de una nota, su preocupación por la sucesión de acontecimientos que en las últimas semanas "han puesto de manifiesto el problema de seguridad que tenemos en la ciudad". Según las juventudes jeltzales, la problemática de la inseguridad en el municipio fronterizo se ve reflejada claramente en el informe sobre las infracciones penales en las ciudades vascas de más de 50.000 habitantes que la Ertzaintza publicó el pasado mes de marzo.

En ese sentido, desde EGI consideran que "los datos muestran que Irun es la tercera ciudad más insegura de Euskadi", por lo que encuentran "sorprendentes" las declaraciones que la delegada de Policía Local, Cristina Laborda, ha realizado en los últimos días, al haber afirmado que "Irun es, tras Getxo, la ciudad de más de 50 000 habitantes más segura" del territorio.

Aunque es cierto que cuantitativamente la localidad bidasotarra se sitúa en segundo lugar en cantidad de infracciones penales en el primer trimestre de este 2021, con 634 delitos registrados, y solo por detrás de Getxo, con 429, la cosa cambia si se añade la población de los municipios a la ecuación. Así, la tasa de infracciones penales de Irun por cada mil habitantes (10,08) casi duplica a la de Getxo (5,52). En este caso, la ciudad sí contaría, como reclama EGI, con la tercera tasa delictiva más alta de entre las grandes ciudades de Euskadi, después de las de Barakaldo (11,53) y Bilbao (12,57).

Para la agrupación joven, la problemática "ha quedado en evidencia en las últimas semanas" a colación de los "robos y peleas callejeras" que han tenido lugar en diferentes puntos de Irun. En la nota, desde EGI mencionan el ejemplo de la Parte Vieja, en los alrededores de la plaza Urdanibia y el Antiguo Hospital, donde los altercados "están acabando con la paciencia de la comunidad vecinal".

Este mismo lunes, los comerciantes de la muga de Santiago también denunciaron inseguridad en su entorno, y hace dos semanas los vecinos de la calle El Pinar hicieron lo propio debido a la ocupación de un local, cuyos moradores llevaban cerca de un año causando trifulcas que impactaban en el bienestar de los residentes. Por todo ello, las juventudes jeltzales de Irun reclaman al alcalde Santano que "deje de hacer el avestruz" y al Gobierno local que "afronte la realidad y ponga solución" a los problemas de los irundarras.