- Irun vivió ayer el 30 de junio más atípico que la mayoría de sus habitantes recuerdan: las marchas del Alarde de San Marcial no resonaron en sus calles por primera vez desde 1938. No, al menos, tocadas por los soldados irundarras, pues las tradicionales melodías sí que tuvieron presencia en la ciudad, de la mano de vecinos que se animaron a reproducirlas desde sus balcones.

A pesar de las dramáticas circunstancias que llevaron a la suspensión de la mayoría de los actos presenciales de las fiestas de San Pedro y San Marcial, Irun consiguió celebrar su día grande de otra manera, más íntima y familiar, pero sin faltar a la cita con su patrón. Y es que dos actos simbólicos celebrados en el monte San Marcial conmemoraron la promesa que los irundarras hicieron al santo en 1522.

El primero de ellos, llevado a cabo por la Junta de Mandos del Alarde tradicional, tuvo lugar en torno a las 8.00 horas. En el momento en el que habitualmente las tropas se reúnen en torno a la plaza San Juan, los organizadores del desfile estaban ayer frente a la ermita de San Marcial. El general del Alarde, Paco Carrillo, ofició el acto y solicitó un minuto de silencio "por todos los que no están y que de verdad quieren a este pueblo". A continuación, se depositó una ofrenda floral frente a la imagen del santo.

El segundo acto llegó sobre las 12.00 horas, y en él estuvieron presentes, por primera vez desde hace dos décadas, todos los miembros de la Corporación municipal. Al término de la ceremonia, el alcalde José Antonio Santano quiso agradecer a los irundarras la responsabilidad que estaban demostrando durante las primeras horas de la jornada: "Hoy no es fácil estar aquí y y escuchar el silencio de las calles, sé lo que significa para la inmensa mayoría de los iruneses no poder disfrutar de este día y creo que la responsabilidad que están ejerciendo es de destacar".

En cuanto a la presencia de todos los grupos políticos con representación en el Ayuntamiento de Irun en el acto del cumplimientos del voto, el primer edil consideró que "es un reflejo del tiempo que estamos viviendo". Santano aseguró que desde el inicio de la pandemia el Consistorio está tratando de hacer una gestión "de unidad" entre todos los grupos políticos "porque el momento lo requiere" y que desearía, "naturalmente", que esta imagen de cohesión pueda repetirse el año que viene.

Más allá de los dos actos del monte San Marcial, las celebraciones se ciñeron ayer al entorno familiar y al circulo de amistades entre los irundarras, que se echaron en las calles para disfrutar del espléndido día con el que se despidió el mes de junio.

Tras un día de San Marcial que ha dejado espacio para la reflexión, ya solo quedan 364 días para que Irun pueda disfutar una otra vez de su Alarde.