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El Txoko de Mikel Bermejo celebra su 25º aniversario: "Me quedo con mis tres estrellas Mikelin"

Más de medio centenar de personas se reunieron el sábado para festejar el cuarto de siglo del restaurante zumaiarra con música, brindis y emoción

El Txoko de Mikel Bermejo celebra su 25º aniversario: "Me quedo con mis tres estrellas Mikelin"N.G.

El pasado sábado, el Txoko de Mikel Bermejo vivió una tarde-noche especial. A partir de las siete de la tarde, el restaurante del puerto deportivo de Zumaia se llenó de música, brindis, abrazos y recuerdos para celebrar su 25º aniversario. Más de medio centenar de personas, clientes habituales, familia y amigos se reunieron para brindar por un cuarto de siglo de cocina, esfuerzo y pasión.

Brindis, risas y bailes

Entre brindis, risas y bailes, llegó uno de los momentos más emotivos: Mikel Bermejo y su mujer, Arritxu Azkue, tomaron la palabra para repasar una historia que comenzó hace un cuarto de siglo, cuando aquel joven cocinero (que aún no lo sabía) decidió abrir su propio espacio gastronómico. Sus hijas, Cristina y Ainara, les prepararon una sorpresa: un vídeo con fotografías que recorrían toda una vida de trabajo y sueños cumplidos.

En un tono emocionado, el chef resumió así su recorrido en una carta enviada a este periódico y dirigida a todos los que han formado parte del camino: “Hace ya 25 años que empezó una historia en el puerto deportivo de Zumaia. Comenzó siendo Marina Berri para después convertirse en el Txoko de Mikel Bermejo”.

Invitados entrando al Txoko de Mikel Bermejo el sábado pasado.

De aspirante a ser cura... a cocinero

Antes de recalar en Zumaia, el destino de Bermejo parecía muy distinto. “Salí de Sacramenia con diez años para estudiar en Nanclares de la Oca y ser cura… pero el destino era otro. Cuatro años más tarde me echaron del colegio, parece que por falta de vocación, y ese mismo año acabé en Zarautz, con el maestro Arguiñano, descubriendo mi verdadera vocación: la cocina. Los curas tenían razón”.

Tras unos años en la villa zarauztarra, el destino quiso sorprenderle de nuevo. En el bar Fany conoció a Arritxu, “la chica más bonita que jamás había visto”. Aquel acontecimiento marcó el inició de una historia que ya dura 42 años. De esa unión nacieron sus dos hijas, Cristina y Ainara, a quienes Bermejo define como sus “tres estrellas Mikelin”. “Ellas me han guiado y dado la fuerza necesaria para hacer lo que más nos gusta: hacer disfrutar a los que pasan por nuestra mesa”.

Momento de la celebración del sábado pasado: Mikel Bermejo disfruta con su familia.

"Gracias a Karlos y Luisi Arguiñano, a las familias Amestoy y Sayalero"

Bermejo le dedico estas palabras a su compañera de vida. “Llegar hasta aquí no habría sido posible sin el gran esfuerzo de esa chica que me presentaron en el Fany. Mientras yo cocinaba, ella ha sido madre, padre, enfermera, andereño, somelier, camarera, compañera… Mila esker”.

También tuvo recuerdos y agradecimientos para quienes marcaron su camino en la cocina, como Karlos y Luisi Arguiñano, así como para las familias Amestoy y Sayalero, “gracias por hacerme sentir uno más”.

"Esta historia continúa"

El cierre de la carta fue un agradecimiento colectivo, en mayúsculas. “A todos los que habéis formado parte de esta historia, trabajadores, clientes, proveedores, técnicos, amigos, familia… Sin todos vosotros no habría sido posible escribir esta historia que continúa”.