Casarse en tiempos revueltos
Gema Lizarazu, Jesús Mari Kerejeta, Itziar Astigarraga y Patxi Lizarazu se casaron el 12 de octubre de 1975: entre los fusilamientos de Txiki y Otaegi y la muerte de Franco
El otoño de 1975 fue muy convulso en Euskadi. El 27 de septiembre fusilaron a Txiki y Otaegi y el 20 de noviembre falleció el dictador Francisco Franco. Entre medias, muchas detenciones y muchos episodios de violencia. En aquel ambiente tan revuelto, la ciudadanía compaginaba como podía las reivindicaciones con el día a día: ir a trabajar o a estudiar, sacar adelante a los hijos, disfrutar lo máximo posible del tiempo libre... y casarse y formar una familia. Dos parejas que se casaron en aquellas fechas celebraron el domingo sus bodas de oro: Gema Lizarazu y Jesús Mari Kerejeta e Itziar Astigarraga y Patxi Lizarazu.
Gema y Patxi son hermanos. Nacieron en el caserío Zantagoiti de Gabiria. Jesús Mari es urretxuarra, mientras que Itziar nació en Deba. Cuando tenía 5 años su familia se trasladó a Donostia. Gema y Jesús Mari se conocieron en la discoteca Golden de Urretxu. Itziar y Patxi, en Hernani. A Patxi le gustaba mucho andar en el monte y fue a Donostia andando. Después se reunió con sus amigos en el baile de Hernani. Allí conoció a Itziar. Las dos parejas se conocieron en 1971.
Cuatro años más tarde, decidieron casarse. “Nos habíamos reunido en un bar de Gros y fue allí donde decidimos casarnos juntos. Después fuimos al restaurante Etxeberri de Zumarraga a reservar el banquete”. En aquellos tiempos había muchas parejas jóvenes, todas se casaban... y les tocó hacerlo el 12 de octubre. “Queríamos casarnos el 11 de octubre, pero para esa fecha todo estaba cogido”, añade Itziar. “¡Nadie quería casarse el día de la Pilarica!”, puntualiza Jesús Mari.
En la boda de estas dos parejas se reunió casi tanta gente como en el desfile del paseo de la Castellana: 300 personas. No había cabra (lo que comieron estaba mucho mejor), pero sí un invitado inesperado: la nieve. “Los días anteriores había llovido mucho y, en Gabiria, cuando los dantzaris se disponían a bailar, empezó a nevar. Durante la comida también nevó. Después de la comida, los hombres empezaron a jugar con la nieve y las mujeres se enfadaron con ellos”, recuerdan. “Nuestra sobrina Luke era una niña, pero todavía recuerda que vio nevar a través de la ventana del restaurante Etxeberri”, comenta Jesús Mari.
Para entrar en calor, comieron lenguado a la menier y pintada con armagnac. “Algunas parejas que se casaron antes que nosotros se quejaron porque en todos los banquetes servían lo mismo y los del Etxeberri decidieron cambiar el menú. Tuvimos suerte”, recuerda Jesús Mari.
Del ambiente caldeado y el frío de Euskadi, pasaron a la tranquilidad y el calor de Canarias. “Fuimos a Madrid y de allí a Canarias. Allí hacía mucho calor y Gema se quemó”, comenta Jesús Mari. Estuvieron en Maspalomas, últimamente en boca de todos gracias a la película de José Mari Goenaga y Aitor Arregi. “Ya entonces la gente andaba desnuda en la playa”, recuerda Itziar.
Fue un taxista el que les enseñó los rincones más bonitos de la isla. “El taxista que nos llevó del aeropuerto al hotel había hecho la mili en Donostia y guardaba un gran recuerdo de los vascos. En cuanto se dio cuenta de que estábamos hablando en euskera, se ofreció para ser nuestro guía. Era un viaje organizado y nos propuso decir que alguno de nosotros estaba enfermo para no tener que participar en las salidas organizadas y poder movernos con él por la isla. Anduvimos con él casi todos los días. Nos llevaba a sitios donde no iba nadie y comía con nosotros. Se llamaba Juan Medina Toledo. Cuando alguien me decía que iba a ir a Canarias, le mandaba a su casa”, recuerda Jesús Mari. “Era una buena persona”, añade su cuñado.
Cuando volvieron a la Península tuvieron que hacer frente a la cruda realidad. Jesús Mari tenía a un hermano en la cárcel, en Madrid, y pararon allí para visitarle. Itziar, por su parte, recuerda que camino a casa les detuvieron en un control.
En estos 50 años han pasado muchas cosas en el mundo, en Euskadi y en la vida de estas dos parejas. Gema y Jesús Mari tienen tres hijos y cinco nietos. Itziar y Patxi, por su parte, dos hijos y tres nietos. Seguramente, ellos no verán nevar en octubre. Esperemos que tampoco tengan que ser testigos de un fusilamiento.