Jesús Mari Iraeta Poxpolo es muy conocido en Zumarraga, pero ahora se está haciendo famoso también en toda Euskal Herria de la mano de su loro Txarli. Txarli y Poxpolo van a ser unos de los protagonistas de un programa que ETB va a dedicar a las mascotas. No en vano, Txarli es mucho Txarli. Pocos loros pueden presumir de hablar en euskera y de ir de excursión en una Vespa.
Los de la televisión estuvieron hace unas semanas en Zumarraga, con Iraeta y su loro. “Sabían que suelo sacar a Txarli a la calle y querían ver todo lo que hacemos. Lo suelo llevar al parque situado en la trasera del ayuntamiento de Zumarraga, sobre todo en verano. Suelo poner unas bridas en algunos árboles y ato a Txarli con un mosquetón y una cadena. Dentro de casa lo suelo tener suelto y eso también lo grabaron:dónde anda, qué hace...”,
Pero Iraeta y Txarli también hacen pequeñas excursiones. “Les dije a los de la televisión que suelo llevarlo a La Antigua y a Agiña y eso también les hizo gracia. Eso también lo grabaron. Tengo una mochila especial para llevar a Txarli en la moto. Llevé a los de la tele a Agiña, pues allí se ve muy bien cómo suele andar Txarli. Lo ato a la escultura de homenaje al aizkolari Jerónimo Iturbe y suele andar subiendo y bajando”.
Le suele poner una cadena de metro y medio de largo. “No le pongo una cadena muy larga, pues si le pusiese una cadena más larga se enrollaría. Una vez, estaba en el parque de detrás del ayuntamiento y tuve que volver a casa a por una escalera porque se le había enrollado la cadena”, recuerda.
Como todo loro que se precie, Txarli sabe decir algunas palabras. “Como vivo solo, no escucha muchas palabras nuevas. Aprende lo que le dice la gente y lo que le digo yo”. Iraeta y su familia hablan en euskera, por lo que Txarli es también euskaldun. Las palabras que más repite son ixilik, zer moduz?, ondo?, itxoin!, mekatxis!, egun on... “Cuando hace algo mal, dice mekatxis!. Si se les enseña, lo aprenden todo, Pero yo no me he dedicado a enseñarle ninguna palabra”.
También silba alguna que otra canción. “El comienzo de la canción Ikusi mendizaleak, lo borda. Suelo ponerle Arrate Irratia y me imagino que lo habrá aprendido de la radio. Por otro lado, mi sobrino le enseñó a silbar la música de la película El bueno, el feo y el malo”, comenta.
Txarli suele pasar el día en el estanco Iraeta de la calle Legazpi de Zumarraga. Es una de las atracciones del pueblo y cada vez que dice algo saca una sonrisa a los viandantes. “Un hombre viene todos los días y siempre le pregunta a ver qué tal está, en castellano. Luego, Txarli me lo pregunta a mí. Pero cuando vinieron los de la tele, no dijo nada. Me comentaron que Berritsu, el famoso loro de Donostia, tampoco dice nada cuando le ponen una cámara delante. A aquel le han enseñado muchas palabras, pero yo no me he tomado ese trabajo con Txarli. Él habla en euskera porque nosotros hablamos en euskera. Si nosotros hablásemos en chino, él hablaría en chino”, explica Iraeta.
Los loros repiten los sonidos que escuchan. Así, Txarli tiene la costumbre de ladrar a los perros. “Algunos propietarios de perros tienen la costumbre de pasar por aquí, para escuchar a Txarli ladrar. Cuando pusimos la alarma, también aprendió a imitarla. La primera vez que lo hizo estaba en casa y me llevé un gran susto. Me costó darme cuenta de que había sido Txarli”, añade.
Iraeta y Txarli viven juntos desde noviembre de 2020. Fue a comprar comida para su canario a la pajarería Babri y Txarli se le puso al lado y comenzó a golpearle con su pata. Iraeta decidió llevarlo a su casa.
Suele estar ocho horas en el estanco. Después lo saca a tomar el aire. En casa suele estar libre. “Tiene prohibido andar en algunos lugares y suelo espantarlo con la escoba. Los loros tienen la mentalidad de un niño de 5 años: me quita la cuchara cuando estoy comiendo... Siempre está tomándome el pelo”.

Además de bromista, es sibarita. “Si algo no le gusta, lo tira. Sabe decir que no. Y es muy cabezón. Cuando se enfada, lo deja muy claro. De vez en cuando le solía dar una galleta Artinata. Un día le compré unas de marca blanca y las tiró. ¡Quería las originales! Normalmente suele comer pienso y fruta: manzana, cerezas, granada…», concluye.