El Pleno del Ayuntamiento de Legazpi ha aprobado por unanimidad un convenio de colaboración con la Diputación Foral de Gipuzkoa y la sociedad pública Sprilur, que será firmado por el Alcalde Eric Galvez, en representación del Ayuntamiento. El objetivo es ejecutar la mejora del trazado de la vía ciclista y peatonal que conecta Urretxu con Legazpi, resolviendo de forma definitiva un punto crítico de seguridad.
El tramo actual atraviesa una zona del polígono industrial donde coinciden peatones, ciclistas y tráfico pesado, especialmente en las inmediaciones de CIE Legazpi. Esta situación genera conflictos de tráfico y riesgo para los usuarios.
Se trata de un tramo que resulta inaudito que forme parte de un bidegorri. Desde Urretxu hasta dicho tramo el bidegorri transcurre en paralelo al ferrocarril, al principio entre fábricas, después entre verdes prados y caseríos y finalmente otra vez en un entorno industrial. Es un bidegorri con encanto, que muestra las dos almas de Urola Garaia: la rural y la industrial.
Pero en el mencionado punto, el bidegorri se transforma en una gincana digna del Grand Prix de Ramón García: una vieja puerta de hierro cierra el paso y el paseante o ciclista debe tomar una curva de 90 grados y bajar una cuesta corta, pero con un gran porcentaje. Además, deben hacer un zigzag para esquivar dos moles de hormigón, puestas para que los ciclistas no bajen la cuesta demasiado rápido. No en vano, al final de la cuesta deben atravesar un vial interno de la empresa CIE y conviene hacerlo despacio y con cuidado para no atropellar a un trabajador o chocarse con un camión o una Femwick. Solo falta la vaquilla para complicarlo un poco más todo.
Gracias a la actitud de los usuarios del bidegorri y los trabajadores de la empresa CIE no suele haber accidentes, pero está claro que con el nuevo trazado todos respirarán más tranquilos.
La solución acordada propone un nuevo trazado que discurrirá en paralelo a la carretera GI-2630, a la altura de la zona de la báscula, y que conectará directamente con el tramo ya ejecutado por Sprilur en el desarrollo urbanístico del ámbito Bellota–GSB. De este modo, se elimina por completo el tramo en conflicto y se mejora de forma notable la continuidad y seguridad del itinerario.
Esta actuación refuerza de forma muy clara la seguridad vial en una zona especialmente sensible. “Es también un ejemplo de cómo la colaboración entre instituciones permite resolver, un problema que llevaba demasiado tiempo sin solución”, señalan desde el Ayuntamiento.
El proyecto tiene un presupuesto de 806.274,98 euros y será financiado en su totalidad por la Diputación Foral de Gipuzkoa. Las obras, con una duración prevista de cinco meses, incluirán también el cierre y desmantelamiento del trazado actual.
Sprilur cederá gratuitamente los terrenos necesarios. El Ayuntamiento incorporará al dominio público municipal los terrenos cedidos y, una vez completado ese proceso, cederá el uso a la Diputación, que también se encargará del mantenimiento de la nueva vía durante un periodo de 75 años, mediante concesión administrativa.
Con esta aprobación plenaria, “el Ayuntamiento de Legazpi avanza en su compromiso con una movilidad más segura, ordenada y sostenible, gracias a una solución técnicamente solvente y construida desde la cooperación entre instituciones”.