Ya va quedando menos para que el emblemático estanque de Olakua se transforme en un parque que conservará su aspecto natural en diferentes zonas de estancia. El Ayuntamiento oñatiarra acaba de sacar a licitación los trabajos que convertirán el foso acuático, que en otros tiempos fue la joya del barrio, en una especie de anfiteatro escalonado que sacará el máximo rendimiento al espacio existente. La inversión ronda los 100.000 euros y el plazo de ejecución será de ocho semanas.
Los problemas de suciedad, la proliferación de ratas y las quejas vecinales hacían que la búsqueda de una solución para el apreciado estanque se antojara necesario. Con este propósito, el Consistorio ha caminado de la mano de la cooperativa de vecinos de San Andrés.
Relleno con solera de hormigón
El dilema sobre si revalorizar la infraestructura o eliminarla se despejaba hace unos meses. La apuesta, en base al proyecto redactado por Izarraitzpe Lorezaintza SLL, traza una nueva zona de esparcimiento seca. Uno de los objetivos principales es ahuyentar a los indeseables roedores, que han hecho del foso de Olakua su hábitat; una situación que se ve favorecida por sus aguas estancadas, de ahí la solución adoptada de soterrar las tuberías del canal que llega hasta el monasterio de Bidaurreta y, de esta manera, rellenar el estanque de tierra con solera de hormigón.
El puente se mantiene
Se dispondrán asientos a diferentes niveles, más vegetación y recorridos accesibles, manteniendo el actual puente como símbolo característico de este espacio de referencia para Olakua. De un lado de la pasarela se colocarán los bancos a modo de anfiteatro y, del otro, habrá arbustos y plantas. Además, el nuevo parque resultante se unificará con la explanada contigua que comunica con las pistas deportivas.
Cubrición del foso
El estanque de Olakua solo queda vivo en la memoria de quienes conocieron los años de esplendor de la que fuera una de las señas de identidad de esta zona residencial oñatiarra. En 2016, para poder llevar a cabo una limpieza y saneamiento a fondo del vaso, los cisnes y patos que vivían en él emprendieron un 'viaje sin billete de vuelta' y, desde entonces, el deterioro y degradación del entorno ha ido a más, despertando un sinfín de quejas. Así que al final se ha decidido cortar el problema de raíz y cubrir el foso.
Obras en verano
El proceso para acometer esta actuación está en marcha y las empresas interesadas en hacerse cargo tienen de plazo hasta el 16 de junio para presentar sus ofertas en el ayuntamiento. A partir de ese momento comenzará la cuenta atrás para el cambio de 'look' de este estratégico espacio, que esperará a que pasen las fiestas del barrio, que se celebrarán el próximo mes, para sumergirse en obras.
La fecha de inicio se concretará una vez adjudicados los trabajos, que todo apunta a que se desarrollarán durante el verano. En dos meses, si no hay contratiempos, estarán concluidos. En total, 1.325 metros cuadrados de superficie apta para el esparcimiento, completamente renovada, que servirá de punto de encuentro y convivencia vecinal, con paseos y un espacio inclusivo de recreo para niños y niñas, en perfecta sintonía con los elementos naturales.