“Me llamaban raro por no jugar a fútbol y grabarme en casa, pero me hacía feliz”
Iban Garcia, Azkoitia 1999, empezó a grabarse con nueve años y hoy acumula unos cuatro millones de seguidores en distintas redes sociales
Iban Garcia (Azkoitia, 1999) empezó a grabarse con sólo nueve años, hablando a cámara sin saber muy bien para qué. A los doce abrió su canal de YouTube y desde entonces no ha dejado de crecer. Hoy acumula 2,9 millones de seguidores en TikTok, 605.000 en Instagram y cerca de 300.000 en YouTube. Ha pasado por formatos como Supervivientes, Benidorm Fest, Gu ta Gutarrak y actualmente presenta Los vecinos de la casa de al lado en Mediaset. Aunque es muy joven ha alcanzado hitos que muchos sueñan. Sus vídeos reflejan su evolución personal y profesional. Su voz ha cambiado, su estilo también, pero sigue siendo el mismo chaval curioso de Azkoitia, pueblo al que siempre vuelve para recargar pilas.
Comenzó en YouTube muy joven, con DespertaVlogs en 2011. ¿Qué recuerda de aquello?
Recuerdo esa época con mucho cariño e inocencia. En 2011 nadie tenía claro qué era exactamente YouTube. Aquí aún no se usaba mucho, se subían vídeos tontos; gente cayéndose y cosas de ese estilo. Yo soy muy curioso, y como era gratis abrirse una cuenta, me animé. Mi primer vídeo fue simplemente enseñando la calle donde vivía, en Azkoitia, sin hablar. Con nueve años me regalaron una cámara por lo que no me costó tanto empezar. Sabía cómo iba. Poco a poco descubrí gente que se grababa en casa y me animé a imitarlos.
Evolución y objetivos
¿Con qué objetivo?
Ninguno. No sabía qué iba a venir. Hoy la gente empieza queriendo ser famosa, pero yo lo hacía porque me gustaba y me divertía. Subía vídeos de ‘Cómo sacar mejores notas’, ‘Trucos para disfrutar del verano’... y así. En aquel entonces se consumía ese tipo de vídeos.
Empezó en castellano y después comenzó a subir vídeos en euskera.
Sí. EITB hizo un concurso para fomentar el euskera en las redes sociales. Participé y seguí creando contenido en euskera porque es el idioma que hablo con mi familia y amigos en Azkoitia. Aun así, la mayoría de mis vídeos están en castellano porque llega a más gente y si quieres dedicarte a esto, necesitas una audiencia más amplia. Pero el euskera siempre ha estado presente, es parte de mi vida. Incluso he aprendido a expresarme mejor en castellano gracias a los vídeos que hacía.
¿En qué momento ve que se puede dedicar a las redes sociales?
Yo creo que fue en 2016, unos seis años más tarde de empezar. Empecé a colaborar con marcas y los vídeos también eran más profesionales. Antes apenas tenía cien visitas de media, pero no me frustraba. Muchas visitas eran gente de mi pueblo que después se burlaban de mí, me caían muchas críticas. Me llamaban raro por no jugar a fútbol y quedarme en casa para grabarme a mí mismo hablando. A mí me hacía feliz por lo que me siento muy orgulloso de aquel Iban que siguió adelante.
¿Qué le decían en casa?
Mi madre me escuchaba hablar solo en la habitación y no entendía muy bien qué estaba haciendo, pero como me veía feliz, nunca me frenó. Me dejó ser, me dio libertad y eso fue muy importante. Al final acabó saliendo en mis vídeos.
De influencer a salir en la televisión
Después empezó a salir en Gu ta Gutarrak, un programa de la televisión en EITB.
En esa época empecé la universidad, estudiando audiovisuales. Profesionalicé todo más porque aprendí mucho. Empecé a salir en televisión y ahí también gané más público. Mis compañeros en la tele también fueron muy buenos profesores. Trabajé mucho en distintos programas de EITB. Me gustaba estar tanto detrás de la cámara como delante, y eso lo veo como un plus. Si un día la gente se cansa de mí, tengo otras opciones.
¿En qué momento coge fama en el Estado?
Tras la pandemia, Mediaset se interesó por mí. Me llamaban para hacer cosas en formato digital en Madrid. Iba y venía, con miedo, porque todo era nuevo y yo aún era muy joven, tendría unos 20 años. Pero me hacía muchísima ilusión que un medio estatal se fijara en mí. Cuando acabé la carrera, hace tres años, me ofrecieron un trabajo diario en Mediaset y decidí mudarme a Madrid. Dejé EITB, aunque vuelvo mucho (ríe).
Diferencias entre las redes y la tele
¿Qué cambio hay entre trabajar en las redes y en la televisión?
En redes soy mi propio jefe. El que decide si sigo o no es el público. Yo tomo las decisiones, no hay nadie detrás. En la tele hay mucha más gente opinando o tomando decisiones. Estoy tranquilo, si en la tele no gusto, tengo las redes.
Ha participado en programas muy grandes, como Supervivientes o Benidorm Fest.
Sí. Es una rueda: cuando entras en un programa, te van llamando para otros. He aprendido y sigo aprendiendo mucho en cada uno.
Actualmente presenta el programa de Los vecinos de la casa de al lado. ¿No impone?
Empezó hace un mes, sí. Es como un spin-off de La isla de las tentaciones. Presento las galas los lunes y los miércoles. Es brutal estar al frente de un plató tan grande. Es el formato más grande que he hecho hasta ahora. Tienes presión porque esa cadena ha apostado por ti. He sentido miedo, sí, pero no inseguridad. Me siento muy a gusto. Estoy viviendo un sueño.
Está en TikTok, Instagram y Youtube. ¿Cómo decide qué subir a las plataformas?
Es complicado, ¿eh? Tengo que alimentar cada red con contenido distinto. Cada plataforma tiene su código: la forma de contar, de editar, de grabar... no es lo mismo si es para una o para otra. Lo hago todo yo y mucha gente se pregunta de dónde saco el tiempo o cómo no me he vuelto loco. Aún tengo contenido del verano pasado sin subir (ríe).
¿Cómo sería un día de Iban?
Primero hago deporte, le estoy cogiendo mucho cariño. Es una vía de escape que me ayuda a equilibrarme mentalmente. Luego empiezo a editar el contenido del día y lo dejo preparado. Hago más tareas, voy a la tele... y según lo que haya, vuelvo antes o después a casa. Todos los días le dedico mínimo cuatro horas a editar vídeos, responder mails...
¿Cuál ha sido la clave para llegar hasta donde está? Ha llegado muy pronto a lugares donde muchos no llegan nunca, o lo hacen mucho más tarde.
Nunca he perdido la ilusión, la iniciativa ni las ganas. Se nota cuando alguien disfruta con lo que hace. Siempre he querido aspirar a un poco más, así que la ambición también ha sido clave. Mucha gente se cansa pronto, pero hay que seguir, porque nunca sabes cuándo va a llegar tu momento. Animo a todo el mundo a hacer lo que le gusta, sin pensar en el resultado.