Se ve que nuestra vida es demasiado plácida y necesitamos ponerle un poco de picante. Estos últimos años han proliferado todo tipo de pruebas deportivas con el Xtrem por detrás: Irati Xtrem, Camille Extreme... Pero para experiencia extrema la que protagonizó un vecino de Zumarraga la semana pasada: subió ocho veces seguidas el puerto de Eitzaga. Un puerto del que la mayoría de los ciclistas huyen como de la peste. Solo lo quieren para bajar. Prefieren cualquier otra carretera para ir a Urola Garaia.

¿Por qué tan odiado?

Pero, ¿Qué tiene el pobre puerto de Eitzaga para ser tan odiado? El problema no es su dureza ni su longitud, sino todo lo demás. Y todo lo demás es mucho. Para empezar, empieza a picar para arriba desde unos kilómetros antes y en algunos puntos el asfalto no está en el mejor estado posible.

Panorámica del barrio Eitzaga de Zumarraga.

Además, aunque la apertura de la autovía que une Beasain y Zumarraga hizo que el tráfico se redujese mucho, sigue siendo una carretera muy transitada. La utilizan los trabajadores de las numerosas empresas que hay en el barrio Santa Lutzi de Ezkio, los vecinos de Ezkio, los vecinos de Urretxu y Zumarraga que se resisten a pagar el peaje...

Paisaje

Por no hablar del paisaje... Santa Lutzi tuvo que ser muy bonito, hasta que le metió mano el ser humano. En la actualidad, desde Ormaiztegi a Zumarraga se puede disfrutar de una central eléctrica, una autovía, las obras del TAV, pabellones industriales de todos los colores, una gasolinera abandonada y un hotel abandonado.

El barrio Eitzaga de Zumarraga

Vamos, que subir Eitzaga es una gozada. Al poco de pasar el barrio Alegi de Itsaso se encuentra uno con una gran central eléctrica y pasa por debajo de la autovía. Después llega la zona industrial, en la que el asfalto está en mal estado, los coches empiezan a molestar y el terreno se vuelve pestoso. Y, para rematar, llega el puerto.

Miedo

Un puerto con dos carriles de subida, con lo que eso desagrada a los ciclistas: el ciclista se mete lo más a la derecha que puede, en las curvas va muerto de miedo porque no sabe si el conductor de ese coche, camión o autobús que oye llegar a su espalda le habrá visto, el vehículo le pasa a toda velocidad y, al final del puerto, el pobre ciclista, que va con la lengua fuera por el esfuerzo y la tensión, tiene que ir esquivando unos pegotes de hormigón que algún camión dejó ahí y la Diputación no se digna a retirar. Una experiencia tan extrema, que los ciclistas de la zona suelen evitar utilizando el puerto de Atagoiti.

El ciclista de Zumarraga que subió ocho veces seguidas Eitzaga

No quiero protagonismos. No lo hizo como reto. Eitzaga le gusta mucho más que Atagoiti porque es más corto y se siente en su zona de confort (es de Eitzaga). Aquel día, bajó el puerto y fue hasta la rotonda donde comienza la subida a Ezkio, dio media vuelta y volvió a subir Eitzaga, decidió bajar otra vez el puerto... y acabó subiéndolo ocho veces. El que quiera superarlo, que se vaya preparando para vivir un infierno.

Perfil del ciclista que subió ocho veces el puerto