La curiosidad y el deseo de conocer la historia de su apellido y las personas que lo comparten en el mundo cruzaron hace más de una década los caminos de dos Arrazolas: el del donostiarra José Mari, afincado en Pasaia, y el oñatiarra José Ramón.

15 de julio

A esta aventura de hurgar en las raíces familiares se unió el también txantxiku, Javier Galarza Arrazola. Los tres, junto a Tomás Mansilla Arrazola, oriundo de Checa (Guadalajara), dan cuerpo al comité organizador del encuentro internacional de Arrazolas que este año celebrará su quinta edición con una doble cita: el próximo día 15 en Oñati, de donde el vecino Sancho Arrazola partió en 1522 rumbo a Castilla-La Mancha. Creó una ferrería en Checa, la pequeña localidad alcarrense donde el citado apellido es el más extendido, que el 10 de agosto acogerá una segunda quedada, por ahora de despedida.

“El objetivo era claro: bajo un mismo apellido darnos la oportunidad de establecer relaciones de amistad, e intercambiar información sobre la historia de la familia”, cuenta José Ramón, que en los últimos 25 años ha investigado las fuentes documentales y registros genealógicos con sus conexiones en diversos puntos geográficos en los que se afincó la saga.

Atxondo

A pesar de que el origen del apellido toponímico se sitúa en el actual barrio y antigua anteiglesia de Arrazola, en Atxondo (Bizkaia), uno de los asentamientos más potentes desde el siglo XV se encuentra en el barrio oñatiarra de Olabarrieta. Desde allí, sobre todo a partir del XVI, fueron expandiéndose por Europa y América. Calculan que hay más de 15.000 personas –unas 700 en el Estado español– unidas por las mismas raíces y apellido. “Menos de un 6% viven en Europa, y más del 94% en América”, precisan. En México es el país donde tienen una mayor presencia los Arrazola, seguido de Bolivia, Colombia, Honduras y Guatemala. También han dejado huella en Bélgica (unas 60 personas portan el apellido Arrazola de Oñate), Inglaterra y Estados Unidos.

Cuatro encuentros bianuales

En estos diez años siguiendo la pista del pasado familiar se han llevado a cabo cuatro encuentros bianuales que arrancaron en 2014 en Checa, para seguir en Oñati (2016), la ciudad colombiana de Cartagena de Indias (2018), y tras el paréntesis de la pandemia, continuar en Flandes y Bruselas (2022). Se han publicado, a su vez, cinco libros, uno de ellos en flamenco. “Hemos recorrido más de 20.000 kilómetros conociendo el origen y el significado de nuestro apellido, la historia de personajes que nos precedieron, y las ramas de Arrazolas que partiendo de Oñati crecieron en distintas partes del mundo”, explican.

Despedida para el relevo

Tras haber anudado el eslabón que les une a sus antepasados, y satisfechos por “el camino andado”, anuncian su retirada del equipo organizador de estos eventos. “La edad no perdona”, insisten, al tiempo que se congratulan de haber alcanzado “los objetivos con estas fructíferas reuniones”. Confían, por tanto, que haya un relevo generacional que siga manteniendo la llama encendida de este lazo familiar. “Cedemos el testigo, con la voluntad de ayudar y aportar nuestra experiencia”, señala José Ramón.

Con este adiós organizativo como telón de fondo, han preparado el encuentro del próximo sábado en Oñati, que tendrá como escenario el Archivo Histórico Provincial de Gipuzkoa. A las 11.00 horas la alcaldesa, Izaro Elorza, dará la bienvenida oficial al casi centenar de asistentes, que procedentes de Euskadi, Checa, Madrid, Catalunya, Bélgica, Colombia y México, se sumarán a esta convocatoria. Y tras la foto de familia a las 14.00, en un ambiente festivo disfrutarán de una comida y baile en el hotel Soraluze. El 10 de agosto cerrarán un ciclo. Donde todo empezó, en el pueblo guadalajareño.