Los entrenadores Mikel Arteta y Unai Emery no son la única contribución de Gipuzkoa al Arsenal de Londres y el Aston Villa de Birmingham: la empresa Udereking de Alegia ha tapizado algunas de las butacas del Emirates Stadium y del Villa Park. Esta empresa de Alegia la fundó el zumarragarra afincado en Urretxu Alberto Segura. Tapizan asientos y butacas para auditorios, hospitales y estadios de todo el mundo.

Eredu

Segura trabajaba en la empresa Eredu de Legorreta y le ofrecieron tapizar las butacas y los asientos que montaban ellos. Aprendió el oficio y hace 27 años fundó Udereking. Al principio trabajaban en Legorreta y después se afincaron en Alegia. Llevan 25 años en el barrio Errota de esta localidad de Tolosaldea. Tienen clientes en todo el mundo.

Segura comenta que la clave radica en trabajar bien. “Si no trabajas bien, es imposible aguantar tanto tiempo. Y menos aún trabajar para clientes de todo el mundo. Algunos de los asientos que estamos tapizando ahora, por ejemplo, los enviaremos a Australia. Los australianos, los alemanes... son muy exigentes”.

Tapizan asientos y butacas para oficinas, auditorios, salas de espera, hospitales... Utilizan diversos materiales. “Utilizamos piel, polipiel, tela... Trabajamos con muchos tipos de materiales sintéticos que imitan la piel. En cuanto a la piel, siempre utilizamos la de vaca. Es la mejor para tapizar este tipo de asientos. Utilizamos, sobre todo, piel de vacas alemanas”.

La piel es un material caro y hay que trabajar con mucho cuidado. Con mimo. “Además, como la piel es más dura que los materiales sintéticos y que la tela, es más complicada para trabajar. Hace poco hemos enviado 500 butacas a Australia y los respaldos hemos tenido que coserlos a mano”.

Entre sus clientes tienen también a varios clubes de fútbol. En los estadios del Arsenal, del Aston Villa y de la Real Sociedad hay butacas tapizadas por Udereking. También en el Kursaal y en la universidad Rey Juan Carlos.

A mano

En el taller trabajan ocho personas. Segura tiene intención de jubilarse en diciembre. “En estos 27 años la maquinaria se ha desarrollado mucho, pero todavía hacemos varios trabajos a mano. Algunas butacas solo se pueden coser así. Si quieres un acabado perfecto, tienes que coser a mano. Una compañera y yo pasamos más de ocho años cosiendo a mano. Las manos sufren mucho. En este mundo, quedan pocos artesanos”, concluye.