¿Siempre ha sido aficionado al deporte?

En la ikastola jugábamos a futbito y cuando llegábamos a la edad de pasar al Urola, los malos nos pasábamos al baloncesto. Empecé a jugar a baloncesto el curso 1981-1982, en la propia ikastola. Mi primer entrenador fue Josu Pérez. Los veranos el Goierri solía organizar un torneo de baloncesto en la plaza de Urretxu y en 1983, tras ese torneo, empecé a jugar en el Goierri. Siempre he jugado de base.

Le fue bien.

Cuando Ángel Aranburu se fue a la mili, iban a subir a Nicolás Badiola. Pero Badiola se fue a estudiar y Paco de Miguel me dio a mí la oportunidad de subir al primer equipo. Tuve la oportunidad de jugar con una de las mejores generaciones que ha habido en el Goierri. De allí a unos años, los responsables de la sección lo dejaron y Jorge González y yo cogimos las riendas. Durante un tiempo fui jugador y miembro de la directiva. Era algo inviable, por lo que en 1996 dejé de jugar y empecé a entrenar. Jugué en el Goierri de 1983 a 1996, pero en ese tiempo estuve seis meses sin jugar.

¿Cuál fue el motivo?

En un partido contra los de Legazpi, me descalificaron y me sancionaron con tres partidos de castigo. No me gustó lo que había hecho en aquel partido, no era aceptable dar aquella imagen, y decidí dejar el baloncesto. La siguiente temporada, entrenaba con el equipo, pero no iba a los partidos. Hasta que Antón Rodríguez me propuso volver a jugar.

Todo indica que era un jugador competitivo.

Sí, pero en defensa era muy pasivo. Si tengo que ser sincero, me gustaba mucho lanzar y pasaba pocos balones. Siempre me ha gustado el juego rápido, los partidos con muchos puntos. Cuando empecé a ejercer de entrenador, eso se dejaba notar en mis equipos. He tenido suerte, pues siempre he tenido jugadores adecuados para jugar así. Pero se suele decir que el ataque sirve para ganar partidos y la defensa para ganar campeonatos. Estos últimos años trabajo más la defensa.

¿Qué entrenadores tuvo en el Goierri?

Mis primeros entrenadores fueron Paco de Miguel y Txomin. Después, Antón Rodríguez, Joaquín Rodríguez y Valentín Berriotxoa.

¿A qué equipos a entrenado?

En el Goierri, he entrenado al primer equipo, al cadete, al junior y al femenino. Con los cadetes jugamos la Liga Vasca, por vez primera en la historia del Goierri. En el Baskonia estaba el hijo de Dusko Ivanovic y jugó en el polideportivo de Urretxu. En la actualidad entreno al Tabirako de Durango. Es mi tercera temporada.

¿Cómo ha acabado en Durango?

Estando en el Goierri, me llamaron de Azpeitia para que ejerciera de ayudante en el equipo de la liga LEB Plata. Estuve dos temporadas. Después, me ofrecieron entrenar al equipo femenino. También estuve en Beasain. Durante la pandemia estuve en el Goierri. El club quería un cambio y no puse pegas. Al poco recibí la llamada del expresidente del Tabirako. Me presentaron su proyecto y decidí ir a Durango. Tabirako siempre ha sido un club similar al Goierri. Juegan con muchos jóvenes. Desde el primer momento me dejaron claro que querían subir a jóvenes. El primer año ganamos la Copa y subimos a la liga EBA, el segundo año descendimos y esta temporada estamos jugando en Primera Nacional. Estoy muy a gusto.

¿Cómo surgió la oportunidad de ser ayudante del entrenador de la selección española sub-15?

Llevo 10 años trabajando con la Federación Española. Desde 2009 hasta 2013 fui entrenador de la selección de Euskadi de categoría cadete y el último año fuimos subcampeones de España. En aquel equipo jugaba Tadas Sedekerskis, actual jugador del Baskonia. Tras aquel campeonato, la Federación Española organizó una concentración de chavales de 12 y 13 años y me invitaron a ir. Desde entonces, trabajo con la Federación. En 2016 ganamos el Campeonato de Europa sub-16. En aquel equipo había varios chavales que hoy en día son profesionales: por ejemplo, Carlos Alocén (Real Madrid), Joel Parra (Barcelona), Jaime Pradilla (Valencia) y Usman Garuba (NBA).

El Goierri es su vida. ¿Cuál es su recuerdo más bonito?

Como jugador, mi debut en el polideportivo Aldiri de Urretxu. Jugamos contra el Caja de Álava y el primer balón que recibí lo solté enseguida, para no perderlo. Como entrenador, recuerdo a menudo el ascenso de la temporada 2004-2005. El ascenso de Durango también fue bonito. Pero también he vivido malos momentos. En la temporada 2012-2013 el Goierri jugó en la liga EBA y trajimos a un jugador de Gasteiz: Iban Sáez de Kortazar. Tras la pandemia, le llamé para que jugara con nosotros en Durango. Estuvo año y medio con nosotros. Lo dejó a mediados de la temporada pasada: tenía un hijo, el trabajo... Falleció en septiembre, en un accidente de tráfico. La muerte de Luis Mari Pérez también ha sido un golpe duro.

¿Ve muchos partidos?

No. La NBA no me gusta, pues es solo espectáculo. Juegan uno contra uno y defienden poco. Prefiero la ACB y la Euroliga. Pero para aprender, no hay nada como las redes sociales. También voy a sesiones de formación. Los partidos que retransmiten por televisión los veo con mi hijo. Tiene 21 años y juega en el Goierri. El primer partido de la temporada lo jugaron contra el Tabirako. Mi mujer iba con nuestro hijo, pero ganamos nosotros.