El zumarragarra Iñigo Unanue Bereziartu y la gorliztarra Kattalin de Pedro Larrea practican el cicloalpinismo: recorren el mundo en bicicleta y de vez en cuando hacen una parada para subir algún monte o practicar la escalada.

Este año han recorrido el Sudeste Asiático y Sudamérica. Para ello, Unanue pidió una excedencia y De Pedro decidió dejar su trabajo. “Primero fuimos al Sudeste Asiático. Conocimos Tailandia, Laos, Camboya y Vietnam. Después fuimos a Sudamérica. Anduvimos por Bolivia, Perú, Brasil y Colombia. En Asia estuvimos cuatro meses y medio y en Sudamérica seis meses y diez días”.

Tenían claro a qué continentes querían ir, pero no qué países visitar. “Los países y los planes los hemos elegido sobre la marcha. Hay mucha gente que viaja en bicicleta y hemos recibido muchos consejos. Brasil no estaba en nuestros planes, pero en Tailandia nos hablaron de Brasil y decidimos ir allí”.

Los dos viajes los han hecho en bicicleta. “A veces sobre la bicicleta y otras con la bicicleta. La bicicleta que llevé a Asia era de carretera y anduvimos por buenos caminos. Nos dijeron que en Sudamérica encontraríamos poco asfalto y llevamos una bicicleta de gravel y una de monte”, comenta ella.

Han hecho muchos kilómetros. “No nos hemos obsesionado con hacerlo todo en bicicleta. Preparamos recorridos para hacer con la bicicleta, pero también hemos utilizado el autobús. A Asia no llevamos cuentakilómetros y en Sudamérica no hemos llegado a los 3.000 kilómetros”.

En Pedra de Gavea, Brasil. | FOTO: N.G.

Los dos viajes han sido muy enriquecedores. “Como hemos visitado lugares muy distintos, es difícil reseñar algo. La bicicleta te da la oportunidad de conocer los sitios que visitas de otra manera, pues se viaja más despacio. Eso es lo que nos gustaría subrayar. Nos hemos dado cuenta de que los lugares que más nos han gustado no son los que aparecen en las listas de Internet. Lo mejor de los viajes son los sitios y las personas que encuentras en el camino”.

Añaden que la bicicleta marida muy bien con el montañismo y la escalada. “Con la bicicleta duermes cada noche en un lugar distinto: en la tienda de campaña, en un hotel que encuentras en el camino, en casa de alguien... En cambio, cuando paras para practicr la escalada o el alpinismo, pasas varíos días en el mismo lugar. Así, tienes ocasión de descansar y de conocer mejor a la gente”, explican.

Cuando se cansaban de pedalear, hacían escalada y, cuando se cansaban de estar en el mismo lugar y les entraban “ganas de aventura”, volvían a pedalear. “La mayoría de las anécdotas las hemos vivido con la bicicleta, sobre todo en Sudamérica: ese viaje ha sido más duro y, además, la comunicación ha sido más fácil. La gente de los pueblos, cuando nos veía con bicicletas, se ponía a hablar con nosotros. ¿Que vais al siguiente pueblo? ¡No digáis! ¡La semana pasada anduvo un puma! Y claro, a cuenta del puma, aquello se convertía en una aventura”.

En el parque natural Cocuy de Colombia. | FOTO: N.G. 2 Un reportaje de Asier Zaldua

Bolivia

En noviembre proyectaron un audiovisual en Zumarraga. En el audiovisual mostraron una parte del segundo viaje: el que les llevó a Bolivia. “En Bolivia hicimos muchos kilómetros en bicicleta. Hay dos zonas para andar en bicicleta: Sajama, donde hay muchos volcanes, y la cordillera Real. Fuimos de una llanura de sal a otra y también nos acercamos a la montaña. Fue la mayor aventura. Y la más dura”.

Todavía no han decidido a dónde irán en su próximo viaje. “Tenemos muchas ideas, pero todavía no hemos tomado una decisión. Georgia, por ejemplo, está muy bien para hacer cicloalpinismo. También estaría bien cruzar los Pirineos en bicicleta, Argentina se nos ha quedado pendiente, en su día hablamos de Uganda, Madagascar está muy bien para practicar la escalada...”.