En este 2023 que acaba, el Taller de Artes Plásticas Xenpelar ha cumplido su medio siglo de vida; 50 años que han dado, según recoge Josean Ruiz de Azúa en el artículo que escribió para la revista Oarso 2023, para tener “una trayectoria llena de vicisitudes”. “Ha conocido cinco ubicaciones diferentes, han pasado por él cientos de errenteriarras de todas las edades, ha sido un centro de formación para el aprendizaje de la técnica, ha ofrecido un servicio de tiempo ocupacional y de integración social, ha acompañado procesos de creación, ha acogido exposiciones... Ha sido, en definitiva, un centro de dinamización de las artes plásticas”, se señala en el mismo texto.

El fundador del Taller de Artes Plásticas Xenpelar fue Valeriano Leceta, quien en 1973 se encontraba en una Errenteria que difería mucho de la actual villa referente de la cultura y de la artesanía. “No creo que podamos afirmar que en Rentería se ha mantenido una tradición cultural propiamente dicha, por más que haya visto nacer a hombres eminentes de las artes y de las letras y siempre hayan existido sociedades dedicadas al fomento de cualquier manifestación cultural”, señala en la revista Oarso editada en 1973.

Leceta atribuye dicha situación a la proximidad de Donostia, pero afirma que Errenteria “debe valerse por sus propios medios” y cree que “lo está logrando con grande y laudable esfuerzo”.

De entre todas las efemérides culturales del año 1973, Leceta destacó la inauguración del Centro Cultural Xenpelar el 10 de enero. “Pretende ser este centro (y es algo que deben conocerlo los residentes en la villa), un lugar donde, de forma gratuita, puedan acudir los vecinos a desarrollar o practicar sus aficiones artístico-culturales. En esos primeros años en el centro Xenpelar funciona la sección de música, con clases de solfeo, guitarra, metal y madera, y la sección de artes plásticas. Poco más tarde se inauguraron las secciones de biblioteca para niños, danza, declamación y teatro.

Años más tarde, además de las clases en su formato convencional, se empiezan a organizar los programas de plástica escolar y el taller comienza a expandirse. Además, se ponen en marcha las colonias municipales de cuya gestión se encargaba Xenpelar Tailerrak.

Tal y como recuerda Ruiz de Azúa en su viaje por los 50 años del taller, en los años 80 “los sábados a la mañana se hacían plásticas para niños y pudo llegar a haber quince monitores y más de 100 niños”. “Estas actividades se continuaron haciendo cuando el taller se trasladó del portaaviones al antiguo cuartelillo y posteriormente a Niessen, hasta que al boom de la plástica le sustituyó el boom del deporte escolar”, señala en su artículo de la revista Oarso. Más tarde, las colonias también se segregaron de los talleres.

No obstante, en Niessen se comenzaron a ofrecer nuevos cursos como patchwork, vídeo y el taller Xenpelar empezó a colaborar con los cursillos del INEM. Esto permitió que algunas personas ejercieran luego profesionalmente como artesanas, por ejemplo de cuero, cerámica o esmalte en cobre.

No obstante, otro de los momentos complicados que vivió Xenpelar fue cuando se trasladó, debido a las obras del centro comercial Niessen, a Miguel Irastorza. “Aquella etapa fue dura; no sólo porque el taller dejó de estar en una ubicación céntrica, como lo habían sido las tres ubicaciones que había tenido hasta ese momento”, se recuerda en el texto de Oarso 2023. La pérdida de visibilidad trajo consigo la bajada en el número de matriculaciones.

Después de varios años en esa situación precaria que comprometía su continuidad, finalmente los talleres se trasladaron a la planta baja del remodelado edificio Merkatuzar, local que ocupa actualmente.

Así se llega a los últimos años de Xenpelar Tailerrak que hoy en día cuenta con 300 alumnos en los cursos de fotografía, taller en madera, pintura, cerámica, restauración y patchwork.

A comienzos de este mes Xenpelar Etxea abrió una exposición para conmemorar el 50º aniversario de Xenpelar Tailerrak que se podrá ver en su horario habitual hasta el día 18 de noviembre.

Arantxa Vega, técnico de Patrimonio Cultural, recuerda que cuando le encargaron organizar la exposición se decantaron por basarse en fotografías que mostraran su desarrollo. Además, se pueden ver algunas obras como el toro de fuego de las fiestas o sillas restauradas. “El objetivo principal de esta muestra es dar a conocer el papel jugado por Xenpelar Tailerrak en la dinamización de las artes plásticas y visuales de Errenteria”, concluye.