El cierre de una zona del Centro de la ciudad al tráfico general no se pondrá en marcha a finales de año, como estaba previsto, porque el Ayuntamiento se ha dado cuenta de que no llegará a tiempo para el 31 de diciembre, como estaba estipulado.

Por ello, el Consistorio ha solicitado al Ministerio de Transportes una prórroga para la aplicación de las medidas, que aún no han sido decididas. Tampoco lo ha sido el espacio concreto que ocupará la Zona de Bajas Emisiones. De hecho, el Ayuntamiento ya ha sacado a concurso el suministro de cámaras para el futuro recinto acotado a los coches sin autorización, un actuación que ha sido financiada con los fondos europeos Next Generation.

Por el momento, el organismo estatal no ha respondido a la solicitud de prórroga pero el Ayuntamiento confía en que lo haga una vez se constituya el nuevo Gobierno estatal (si no hay nuevas elecciones generales).

Otras ciudades del Estado de más de 50.000 habitantes se rebelaron contra la medida y dijeron que no la aplicarían, pero este no es el caso de Donostia, que sí se ha mostrado dispuesta a seguir las directrices europeas aunque, por el momento, no ha llegado a cumplir los plazos previstos.