El 21 de septiembre de 1936 las tropas sublevadas dirigidas por Mola entraron en Elgoibar y con ellas llegaron duros combates que tuvieron uno de sus momentos más trágicos el 25 de septiembre, con la muerte de 14 gudaris del batallón Arana Goiri en el frente de Zirardamendi-Aiastia. Para recordar su sacrificio y el valor de la memoria histórica para la convivencia y la reconciliación, el Ayuntamiento de Elgoibar convocó un acto de homenaje el domingo al que se sumaron representantes políticos, miembros de la Fundación Sabino Arana, Elgoibar 1936 y algunos vecinos. Es un acto que se viene organizando desde 2013 y que, como es habitual, se inició con la concentración de los asistentes en Aiastia-San Miguel. A continuación, marcharon a pie hasta Zirardamendi, más en concreto, hasta los lugares en los que miembros de Ahaztuen Oroimena Markinaldeko Frentea 1936 y Aranzadi exhumaron los cuerpos de cuatro gudaris fusilados por los franquistas, donde tuvo lugar el homenaje.

Este acto de recuperación de la memoria histórica no es el único que se vivirá este mes de septiembre en Elgoibar. Elgoibar 1936 ha programado para este sábado un homenaje a Demetrio Vallejo. Miembro de EAE-ANV, su nombre está vinculado al nacimiento del CD Elgoibar. Junto a Ricardo Astigarraga, Ricardo Unzueta y Juan Beloki participó en el nacimiento del primer club de fútbol de Elgoibar, el Elgoibar Football Club, en 1915. Tras la Guerra Civil, el régimen franquista obligó a españolizar los nombres de los equipos de fútbol y así fue como el Elgoibar Football Club se convirtió en el Club Deportivo Elgoibar. Sin embargo, no es esta la razón del homenaje. Elgoibar 1936 quiere poner en valor el grito desgarrado que Vallejo lanzó desde el balcón de su casa cuando vio a las tropas de Mola entrar por la calle Errosario en la que vivía. Sin pensar en las consecuencias, se asomó al balcón y lanzó al aire un “Gora Euskadi Askatuta!” que resonó en toda la calle.

Los días siguientes fueron de auténtico sufrimiento en la casa de Demetrio Vallejo y su familia. El temor a la cruel represalia de las tropas franquistas se tradujo en lágrimas y miedo a una detención que podría acabar con Vallejo frente a un pelotón de fusilamiento. Sin embargo, no ocurrió nada. Demetrio Vallejo y su familia no sufrieron ninguna represalia por aquel valeroso y desesperado gesto, que se recordará este sábado, a las 12.00, en el lugar en el que sucedió, el número 24 de la calle Errosario.