El Haurren Eguna, todo un clásico que llena de colorido, alegría y ritmos las calles oñatiarras, regresa mañana con más fuerza que nunca. La fiesta de los dantzaris txikis, que cuando se estrenó en 1970 ya lo hizo a lo grande reuniendo a más de a un millar de participantes, vuelve a la carga tras los aplazamientos de 2020 y 2021. La multitudinaria cita afronta este domingo una jornada especial, haciendo un guiño a su 50º cumpleaños –no pudo celebrarse hace dos años–, y con la satisfacción de haberse convertido en una de las concentraciones más apreciadas y concurrida de la agenda festiva de los grupos de baile. Aquel primer Haurren Eguna supuso el despegue de una fructífera trayectoria que lleva el nombre de Oñatz dantza taldea.

En esta edición los anfitriones de Oñatz –265 dantzaris– estarán acompañados por cerca de 300 niños y niñas de once asociaciones de dantza procedentes de Lizarra (Ibai Ega), Hendaia (Akelarre), Arrasate (Lore Gazteak y Txikitxu), Aretxabaleta (Leizarra), Gernika (Elai Alai), Beasain (Aurtzaka), Legazpi (Korosti), Zarautz (Jalgi), Portugalete (Berriztasuna) y Antzuola (Oinarin). Todos ellos se encargarán de dar cuerpo a un encuentro muy esperado, dirigido a visibilizar la cultura y el folclore euskaldun.

La principal novedad de este año, manteniendo la cautela ante una pandemia que todavía da sus últimos coletazos, es que las y los dan-tzaris y representantes de los diferentes grupos comerán en las sociedades gastronómicas, y no en casas, con la colaboración una vez más de numerosos oñatiarras.

Ane Enparantza, ‘Alcaldesa’

Así, mañana, tras la recepción llegará la hora del hamaiketako en el frontón, y a las 11.45 será el turno del saludo de la alcaldesa txiki en la Plaza, papel que desempeñará Ane Enparantza. Tras el desfile por las calles y barrios, por la tarde el acto central volverá a ser el alarde (17.15), que dará paso a la animación festiva de los gigantes y cabezudos. En definitiva, un gran día para calentar motores de cara a los sanmigeles.