Aretxabaleta– Tras dos mandatos consecutivos llevando el bastón de mando del Ayuntamiento de Aretxabaleta, Unai Elkoro se refiere a estos últimos años, marcados por la pandemia, como los “más complicados” que le ha tocado vivir al frente de la Alcaldía. El primer edil hace balance de la legislatura que afronta su recta final y pone el foco en los retos a los que se enfrenta este municipio de Debagoiena.

¿Qué balance hace de estos tres años de legislatura?

Lo cierto es que han sido tres años difíciles. La legislatura arrancó bien, se preveía que, tras terminar de pagar el crédito del polideportivo, tendríamos capacidad para afrontar nuevas inversiones. Pero llegó la pandemia y con las consecuencias económicas que ha acarreado llevamos dos años complicados. El nuevo escenario que se ha abierto ha pasado factura en diferentes ámbitos, también en la sociedad, porque no hemos vuelto a la situación anterior a la pandemia. Por todo ello, no ha sido fácil para el equipo que conformamos el Gobierno de Aretxabaleta.

A un año de que termine la legislatura, ¿Cuáles son sus principales preocupaciones?

Estamos centrados en terminar de poner en marcha los proyectos que recogimos en nuestro programa. Algunos han tenido que retrasarse por precaución, debido al descenso de ingresos en las arcas municipales durante el primer año de pandemia. También tenemos la intención de abordar algún proyecto nuevo con la certeza de poder acometerlo.

¿Cuáles son esos proyectos que van a poner en marcha?

Especialmente el del convento, donde se ubicará el centro social para personas mayores, que saldrá a licitación próximamente. Las obras enmarcadas dentro del plan de abastecimiento y saneamiento de la calle Santakurtz, otro de nuestros proyectos estratégicos, se están desarrollando según lo previsto y para otoño de este año esperamos que estén concluidas. Además, el remanente del ejercicio presupuestario de 2021 nos va a permitir hacer frente a nuevos proyectos, como el del ascensor público para facilitar la movilidad y la accesibilidad urbana a la zona de Txarapea, así como el de la integración del convento en el entorno, donde instalaremos una pasarela peatonal para unir los dos lados del municipio. Como imprevisto, en el mismo barrio de Txarapea se ha producido un desprendimiento en la ladera, que tenemos que solucionar mediante la ejecución de trabajos de contención por seguridad. Del mismo modo, pondremos en marcha la redacción del proyecto del plan de abastecimiento y saneamiento del barrio de Lausitta, y de la rehabilitación del frontón Iturrigorri.

El centro social para personas mayores es otro de los proyectos estratégicos del equipo de Gobierno. ¿Cuándo van a empezar las obras?

La idea es que salgan a licitación este mismo mes de junio. Actualmente estamos a la espera de una modificación en el proyecto, que cuenta con dos fases; por un lado, el centro social de personas mayores, cuyas obras se van a poner en marcha, y por otro, el de la insonorización de la antigua capilla que cumplirá las funciones de sala multiusos. Llevamos meses trabajando en esta actuación, pero si no llega a tiempo, lanzaremos la convocatoria para licitar las obras sin incluir la insonorización de la citada sala. La idea es que los trabajos de acondicionamiento del centro social empiecen en otoño.

Han puesto en marcha un proceso participativo para decidir cómo equipar la zona verde enclavada delante del polideportivo. ¿Cuáles son los objetivos y en qué plazos se ejecutarán las nuevas instalaciones?

Se trata de una zona verde en la que en 20 años no se había diseñado nada. En la legislatura anterior construimos un skatepark y un campo de fútbol 7. Eran dos instalaciones con bastante demanda por parte de la juventud atxabaltarra y la sección de fútbol de la UDA, que necesitaba más espacio para desarrollar su actividad. En esta campa todavía queda espacio libre y decidimos realizar una consulta a la ciudadanía para conocer sus prioridades. Se han marcado tres posibles opciones, y dependiendo de la más votada por las y los atxabaltarras –la votación estará en marcha desde mañana hasta el día 17–, haremos un planteamiento y un calendario con los plazos estimados de ejecución. En lo que queda de legislatura no dará tiempo a hacer grandes actuaciones; podremos realizar alguna adaptación que no implique un presupuesto excesivo, pero nos comprometemos a elaborar un plan para que se pueda acometer, en los próximos años, todo lo que la ciudadanía demande.

¿Qué grandes retos tiene Aretxabaleta?

Como pueblo tenemos como reto avanzar con el Plan General de Ordenación Urbana, que será la hoja de ruta para los futuros desarrollos del municipio. En cuanto a los grandes desafíos, considero que son los mismos que tiene el resto de Europa, e incluso el mundo. Tenemos por delante un periodo de mucha incertidumbre que es posible que condicione mucho el devenir de nuestro pueblo. Por ello, al cerrar las cuentas del año pasado y conocer la cantidad del remanente de tesorería, acordamos reservar una partida importante para hacer frente a las necesidades e imprevistos que puedan surgir. En este contexto, creo que otro de los grandes retos que tenemos es trabajar con la incertidumbre de los tiempos que corren y ver cómo evoluciona la situación, que afectará tanto a Aretxabaleta como al resto de municipios de nuestro territorio. Hasta ahora ha resultado complicado trabajar con la duda de no saber si el trabajo que estamos realizando se podrá llevar a cabo.

Aunque la cultura no ha parado en el municipio, las actividades y celebraciones están volviendo a pisar el acelerador. ¿Cómo se presentan los próximos meses?

Desde que se retomó la normalidad se percibe en el ambiente las ganas de salir y divertirse. Lo cierto es que durante los años anteriores hemos intentado realizar todos los eventos posibles con las oportunas medidas de seguridad. Viene un periodo veraniego muy animado, con un programa de actividades en la calle que ya ha arrancado, y que tendrá sus momentos álgidos en agosto con los Andramaixak. Se nota que la ciudadanía tiene ganas de acudir a eventos. Animamos a las y los atxabaltarras a disfrutar con respeto mutuo y responsabilidad.