- Los haurtxokos y gaztelekus de Donostia podrán abrir finalmente de nuevo en enero, después de que la próxima semana el Ayuntamiento apruebe la adjudicación de este servicio a la empresa Hezi Zerb, que lo ha llevado en los últimos tiempos. La pandemia, por una parte, y la presentación de un recurso por parte de la Asociación Guipuzcoana de Integradores Sociales y Animadores Socioculturales, que reclamaba que los monitores tuvieran una titulación específica, han retrasado la reanudación de la puesta en marcha de estos espacios de ocio para escolares y adolescentes, aunque finalmente podrán comenzar a funcionar tras las vacaciones de Navidad, según se espera.

Tras el rechazo del recurso por parte del Organismo Administrativo de Recursos Contractuales (OARC), la Junta de Gobierno aprobará el martes el encargo del servicio para la red de centros infantiles y juveniles de Aiete, Altza, Amara, El Antiguo, Bidebieta, Egia, Gros y Martutene. Además, los monitores de Hezi Zerb se encargarán también de la gestión del centro cívico de Etxarriene (en Martutene).

El contrato de los monitores que ayudan a escolares y adolescentes en las distintas actividades de los haurtxokos y gaztelekus será para el presente curso aunque se podrá prorrogar durante dos más. Como en este primer periodo se han perdido los primeros meses de actividad, el coste del servicio será proporcional a los meses de funcionamiento y ascenderá a 531.752 euros (IVA incluido). 495.733 euros corresponden al pago por el trabajo de los monitores y el resto, a gastos de material y servicios especiales. Para los dos cursos siguientes, que serían completos de septiembre a junio en caso de prorrogarse el contrato, el precio sería más elevado y alcanzaría 1.063.500 euros (IVA incluido).

A lo largo del pasado curso, cerca de 44 personas trabajaron en los haurtxokos y gaztelekus de la capital guipuzcoana. Estos profesionales han protagonizada en los últimos meses distintas concentraciones para protestar por su situación de desempleo.

Todos los centros de ocio infantil y juvenil de la red municipal se reabrirán en sus espacios tradicionales, con excepción del de Amara, que seguirá este curso en barracones prefabricados en la plaza de Ferrerías, ya que no se ha llevado a cabo el proyecto inicialmente previsto para reubicarlo en el estadio de Anoeta. La concejala de Juventud, Duñike Agirrezabalaga, explicó a comienzos del curso escolar que la pandemia había impedido llevar a cabo la adecuación del espacio previsto y añadió que se contemplaba que estuviese finalizado a finales del actual, de modo que los usuarios puedan retornar a Anoeta a lo largo del curso 21-22.

El gazteleku de la Parte Vieja, que se abrió de modo provisional en el antiguo colegio Elizarán en abril de 2019 y funcionó a lo largo de todo el curso, no volverá a abrir sus puertas. El Ayuntamiento ha optado por esperar a la creación de los nuevos haurtxoko y gazteleku de que se ubicarán en los locales del actual ambulatorio de la calle Embeltrán, una vez trasladado a la Bretxa.