donostia - Un laberinto, una tirolina, una pared de escalada, un lugar para correr, otro para saltar, un escenario sobre el que subirse y actuar, bailar o cantar... Son algunas de las ideas de los más txikis, que se han tomado muy en serio el encargo de diseñar su parque ideal. En realidad, es para tomárselo en serio, ya que esas ideas podrían convertirse en realidad.

Las responsables de esta iniciativa son Larraitz Esnaola e Idoia Moreno y su proyecto Bizi Bizia Berhezi. “En realidad hay más personas detrás, es un proyecto ciudadano”, apuntan. Lo emprendieron hace un par de años tras comprobar día tras día cómo el solar ubicado entre las Cocheras de Dbus y el parque de Ategorrieta seguía sin uso y abandonado, prácticamente convertido en un vertedero. Decidieron plantear una propuesta para transformarlo en un parque diseñado por sus futuros usuarios, es decir, los niños, y presentaron ese proyecto a la primera edición del programa Martx Up! del Ayuntamiento de Donostia, dirigido a apoyar e impulsar proyectos de jóvenes donostiarras. La idea gustó y llevan ya algunos meses desarrollándola, con intención de poder presentar un diseño definitivo en diciembre que el Consistorio se compromete a ejecutar. En concreto, destinará al futuro parque bautizado como Sorleku la superficie que quede libre tras la ampliación de las Cocheras de Dbus, que ocupará una parte de esa parcela, la más cercana a las instalaciones actuales.

“La verdad es que este proyecto ha generado muchas expectativas”, reconoció ayer el concejal de Juventud, Martin Ibabe, que insistió en que una parcela pública sin uso “se integrará en la ciudad” y lo hará, además, a partir de la iniciativa ciudadana.

“Nos parece fundamental poder responder a las necesidades de los niños, por eso emprendimos este proceso participativo con ellos”, explicó ayer Esnaola. Durante tres semanas de junio han trabajado con 300 alumnos de Zurriola Ikastola, ubicada en las inmediaciones, desde el último curso de Infantil hasta tercero de Primaria (de cinco a nueve años). Han tomado nota de sus propuestas, hicieron incluso alguna maqueta con ellos y, de momento, tienen ya material para ir conformando el diseño definitivo del futuro parque. Antes, sin embargo, quieren profundizar en el proceso participativo y, por eso, prevén nuevas jornadas de trabajo con vecinos de los alrededores y más niños para escuchar sus propuestas e incorporarlas.

dar forma La siguiente fase del trabajo de Moreno y de Esnaola llegará después, cuando tengan que dar forma a todas esas ideas y tratar de integrarlas en el diseño que entregarán en diciembre al Ayuntamiento. Lo que tienen claro es que es fundamental que el parque pueda responder a las necesidades de sus futuros usuarios. “El principal objetivo es intentar ofrecer libertad a los niños para que jueguen, además de conectar ese espacio con la naturaleza y darle vida”, añadió Moreno. También pretenden que sea un espacio en el que los chavales puedan crear (de ahí el nombre, Sorleku), por lo que no descartan, por ejemplo, dejar material como trozos de madera que ellos puedan manipular.