En 1910 Joaquín Sorolla (Valencia, 1863-1923) se inspiró en las sombras de los toldos de la playa de Zarautz para dejarnos el conocido y elegante óleo Bajo el toldo. Playa de Zarauz. Al igual que muchos veraneantes, el pintor pasaba parte de la temporada estival en la localidad costera y en el lienzo muestra a su familia en la arena, resguardada por uno de los iconos de Zarautz. Y es que los toldos se comenzaron a utilizar a principios del siglo XX por la aristocracia, para protegerse del sol y guardar su vestimenta. Ahora, sin embargo, se han convertido en todo un reclamo turístico y algo que está al alcance de todos.

Un total de 750 construcciones textiles visten el arenal zarauztarra cada verano y ya se hace notar su ausencia, tras su retirada a mediados de septiembre. El 70% de las personas que alquila los toldos es zarauztarra. Muchos aseguran que lo que comenzó como una forma de protegerse del sol se ha convertido en un lugar de encuentro. Por ello, no es de extrañar que en 2011, cuando la Dirección de Costas ordenó retirar unos 225 toldos de la playa, desde el palacio de Narros hasta Muskaria, los usuarios salieran a la calle para mostrar su malestar por la decisión adoptada. "Son un icono, un símbolo que identifica al municipio", señalaban entonces los afectados. La gran mayoría eran familias de Zarautz y personas que incluso llevaban más de 50 años con su toldo. Se quedaron de repente sin refugio ni punto de referencia, tras generaciones bajo el mismo número. Costas tuvo que recular al año siguiente y permitir su colocación.

Son algo insustituible para muchos. Y este patrimonio histórico no es apreciado solo por los locales, ya que llama la atención de todos los turistas que acuden a la villa, que sin dudarlo no pierden la ocasión para inmortalizar su visita junto a estas curiosas casas de colores.

Toda esta historia también llama la atención de dos vecinas de Zarautz, Amaia Casado y Joana Uriarte. Acaban de crear Norddik (...Nondik...Norakoak.../...De dónde...Hacia dónde...), un equipo de trabajo multidisciplinar que busca recoger lo local, lo tradicional y la historia y expresarlo a través de diferentes ámbitos del diseño. Precisamente, su primer proyecto parte de la admiración que tienen hacia los toldos de la playa de Zarautz. "Entendemos los toldos como parte de la arquitectura y paisaje costero, y a través de ellos, hemos querido sacar a la luz el valor histórico de estas estructuras textiles que han sido testigos silenciosos de todo lo vivido en el arenal durante más de un siglo de tradición", recuerdan.

Con esta motivación se les ocurrió la original idea de querer transformar los toldos en diseños con el fin de crear planteamientos actuales que tuvieran una historia detrás. "Hemos querido crear objetos muy personales que pudieran guardar la esencia de estos tejidos tan especiales, dando como resultado una línea de complementos de diferentes tipos de bolsos y otra línea más gráfica de cuadros creados con combinaciones de telas que recogen el variado colorido de los mismos", detallan.

De rayas, lisos o bicolores, donde predominan los colores y tonos fríos, combinaciones de azules, verdes y blancos aunque alguna vez haya habido algún naranja. "El estampado vertical rayado rompe con la horizontalidad del paisaje de la playa de Zarautz, convirtiéndose en protagonistas de su paisaje costero", explican las emprendedoras. La colaboración y relación con las personas que gestionan el servicio de toldos de la playa de Zarautz ha sido "imprescindible" para hacer realidad el proyecto: "Estamos muy agradecidas por su implicación desde el primer momento. Hemos conocido de cerca su trabajo y admiramos la labor que llevan realizando durante décadas". Vieron así la oportunidad de "poner en valor" la tradición local de los toldos y su arquitectura: "Nos pareció que podría resultar interesante alargar el ciclo de vida de sus tejidos, recuperándolos y transformándolos en diseños con un nuevo uso". "Los toldos tienen una identidad muy marcada que nos permiten crear objetos muy vinculados al lugar, en este caso a Zarautz. El material empleado son textiles pertenecientes a toldos del siglo pasado, de manera que nuestros diseños podrían llegar a ser piezas de coleccionismo", indican. Y es que a través del tiempo, el tejido del toldo adquiere tonos y acabados muy especiales que se alejan del original, permitiéndoles crear diseños "únicos, exclusivos e irrepetibles". Además, cuidan los detalles: "En cada diseño se indica el número del toldo de origen con el cual se ha elaborado y la década a la que pertenece el tejido. El más antiguo es de los años 50 y el más reciente de los 90".

Se trata de una producción local, realizada a mano y que describen como un proceso de upcycling, es decir, que procede de un producto que ya no se usa y lo transforman en uno nuevo de gran valor. Tienen en mente varios proyectos creativos pero, de momento, prefieren centrarse en este que han denominado Olana, que significa lona o toldo, y que por el momento está teniendo un recorrido mucho mayor de lo esperado. Los que quieran conocer más acerca de Norddik pueden visitar la web www.norddik.com.