Hasta prácticamente el siglo XX el pan más habitual en los caseríos de Euskal Herria era el talo. Pero desde entonces hasta ahora, se ha pasado de consumirlo a diario a probarlo únicamente en ocasiones especiales, como por ejemplo el día de Santo Tomás. Pero, ¿qué hay del resto del año?

En pleno barrio de Egia, ubicado en la calle Virgen del Carmen, 5, se encuentra el bar Zanpanzar, la taberna que lleva más de tres décadas ubicada en esta misma dirección, que se ha convertido en uno de los locales más conocidos de este barrio donostiarra.

Aunque el Zanpanzar abre la persiana a las 15.00 horas toda la semana, es de lunes a jueves, a partir de las 19.00 horas, cuando el local comienza a llenarse de gente que acude a probar sus famosos talos, que cuentan con nombre propio. Hay para todos los gustos, desde el Doneztebe, con una gran capa de chocolate para los paladares más dulces, hasta los más salados como el Goizuet,a elaborado con beicon, el Igantzi de beicon con queso, Sunbilla de txistorra, o el Zubieta, elaborado únicamente con queso. Además del talo, que se ha convertido en la especialidad de la casa, la taberna Zanpazar también prepara raciones y bocatas, desde el típico lomo queso y pimientos, pasando por el vegetal, que ahora que se acerca el verano está siendo muy demandado, hasta el emparedado de calamares con mahonesa y otras salsas a elegir. Todos esto acompañado de música y juegos tradicionales como las cartas, tableros de parchís, hasta un billar que el bar pone a disposición de sus moradores, para que estos disfruten de su estancia. De esta forma, y sin cambiar un ápice de su esencia, el Zanpanzar lleva 30 años reuniendo a generaciones de cuadrillas que ven en esta taberna un lugar idóneo donde pasar un buen rato y disfrutar del tradicional talo durante todo el año.