En una sociedad bien construida, la escucha y la empatía son de vital importancia, pero hay colectivos como el de los mayores, cuya voz suena a un volumen más bajo. Consciente de que el del envejecimiento es uno de los grandes retos a los que se enfrenta nuestra sociedad, la Diputación Foral de Gipuzkoa hace tiempo que tomó la determinación de escuchar a este colectivo. “Nuestra prioridad es poner a la persona en el centro”, afirma la diputada foral de Cuidados y Políticas Sociales, Maite Peña. Fruto de esta apuesta, la Diputación ha puesto en marcha una innovadora estrategia en torno al envejecimiento, con el fin de desarrollar en el territorio un nuevo modelo de cuidados. Muestra de ello es el centro de referencia Adinberri, enmarcado en la estrategia Etorkizuna Eraikiz, y cuyas obras ya se han iniciado. Por otra parte, destaca Zaintza HerriLab, una iniciativa pionera basada en la colaboración de todos los agentes que conforman el ecosistema de los cuidados, cuyo objetivo es mejorar la atención de las personas mayores que residen en su domicilio. Todo ello, subraya la diputada, “con el objetivo de hacer de Gipuzkoa un territorio de referencia en el ámbito del envejecimiento y los cuidados”. 

¿Es Gipuzkoa un territorio que sabe escuchar?

Conforme vamos cumpliendo años, vamos modulando la voz, bajando el volumen. Por eso, para la Diputación es fundamental escuchar a las personas mayores, para poder poner todos los recursos al servicio de lo que las personas necesitan. Insisto, hay que escuchar a la persona para saber cómo quiere ser atendida, cuáles son sus prioridades y qué necesidades de apoyo requiere, de cara a vivir una vida plena de acuerdo a su proyecto vital. En definitiva, debemos trabajar poniendo a la persona en el centro. Para ello, estamos trabajando en la implantación de un nuevo modelo de cuidados en Gipuzkoa, donde todo está articulado en torno a dar respuesta a las necesidades de las personas, tanto en el caso de que quieran ser atendidas en casa, como en el caso de que opten por un recurso residencial. 

“El reto que nos viene es mayúsculo, pero estamos convencidos de que Gipuzkoa está en disposición de dar un salto cualitativo en el ámbito de los cuidados”

Hablemos del centro de referencia Adinberri, cuya construcción ya está en marcha. 

Efectivamente. Uno de sus aspectos destacados es que la innovación jugará un papel fundamental, no sólo en cuanto al diseño del espacio, sino también en cuanto al modelo de atención que ofrecerá. Otro elemento fundamental del centro ubicado en Pasaia es su vocación de formar parte de la comunidad. Y es que uno de los espacios clave de Adinberri será la plaza, que constituirá un lugar de encuentro con la comunidad. Para nosotros la comunidad es una parte fundamental para trabajar los proyectos de vida de cada persona usuaria. Por otra parte, los espacios interiores de Adinberri promoverán un envejecimiento activo y saludable, para evitar que avance el deterioro cognitivo, porque no podemos evitarlo, pero sí aminorarlo. Así, los colores, la música e incluso los aromas servirán para que los usuarios puedan diferenciar los distintos espacios del centro. Además, contará con habitaciones amplias e individuales, que promuevan la privacidad de los usuarios, pero también con espacios comunes para fomentar la interrelación entre las personas. 

Adinberri se ubicará en Pasaia, un emplazamiento que la Diputación vio claro desde el inicio, a pesar de las complejidades que entraña. N.G.

Todo muy novedoso, incluso futurista…

He de decir que este nuevo modelo de atención y cuidados ya lo estamos implantando en diferentes recursos de Gipuzkoa, como la unidad residencial para personas con trastorno mental ubicada en Oiartzun, el centro inaugurado recientemente en Usurbil de la mano de Matia, o el centro Arbes de Irun. Pero no solo nos centramos en los recursos nuevos, sino también en adecuar los que ya tenemos. Actualmente, estamos remodelando una veintena de residencias en Gipuzkoa. 

“Desde el principio tuvimos claro que la ubicación ideal para Adinberri era Pasaia, siendo conscientes de que se trata de un emplazamiento que entraña sus complejidades”

En definitiva, se trata de poner el espacio al servicio de las personas.

Tenemos que diseñar esos recursos en base a lo que necesitan, lo que implica desde cuidar el aspecto arquitectónico, pasando por el diseño de los espacios interiores, hasta la propia modalidad de atención. Pero también quiero incidir en la importancia de garantizar unos buenos cuidados a quienes desean ser atendidos en su domicilio. Y es que el 80% de las personas mayores expresan que quieren continuar viviendo en su casa. Debemos articular apoyos que les permitan una buena calidad de vida y autónoma, y para todo ello es fundamental lograr la implicación de todos los agentes que componen el ecosistema local de cuidados. 

Se refiere a la iniciativa Zaintza HerriLab, que, curiosamente, también surgió en Pasaia, donde también se ubicará Adinberri. 

No es casualidad que ambas surjan en Pasaia. En el caso de Adinberri, cuando vimos la necesidad de apostar por un centro de referencia, tuvimos claro que la ubicación ideal era Pasaia, siendo conscientes de que se trata de un emplazamiento complejo, porque en la gestión de los suelos intervienen diferentes instituciones. Pero esta complejidad no nos echó para atrás y a pesar de las dificultades seguimos apostando por Pasaia, porque tenemos claro que este era el lugar idóneo en muchos sentidos: porque Pasaia es una zona degradada que necesita un impulso, porque tiene un alto índice de población envejecida con un porcentaje importante de personas que viven solas, etc. Todo esto nos dio el impulso para situar el centro de referencia Adinberri en Pasaia. En cuanto a la iniciativa Zaintza HerriLab, Pasaia ha sido una especie de laboratorio que ha logrado reunir en un mismo marco de trabajo y con los mismos objetivos y estrategia de cooperación a las principales entidades públicas, privadas y comunitarias del ámbito sociosanitario. Se trata de una iniciativa pionera y un hito histórico. 

“No solo nos centramos en los recursos nuevos, sino también en adecuar los que ya tenemos. Actualmente, estamos remodelando una veintena de residencias en Gipuzkoa”

¿Por qué es importante la implicación de todo el ecosistema?

Decidimos que necesitamos proyectos que pongan a la persona en el centro y que ayuden a quienes lo deseen a permanecer en sus hogares, de manera que todo el sistema esté organizado en torno a la persona, y no sea la persona la que tenga que ir tocando puertas. Pasaia ha sido el germen de todo esto, pero el objetivo es escalar el proyecto a todo el territorio, adaptándolo a las fortalezas y debilidades de cada municipio, porque no tiene nada que ver Urretxu con Donostia. Actualmente, son ya 14 los municipios guipuzcoanos que se han adherido a la iniciativa. Eso sí, en esencia todos tienen en común el afán por poner la persona en el centro, la innovación, la experimentación y la evaluación. 

Para la Diputación el del envejecimiento es uno de los desafíos prioritarios, ¿no es así? 

El envejecimiento de la población es uno de los grandes retos que tenemos a día de hoy como sociedad. El reto que nos viene es mayúsculo, pero estamos convencidos de que Gipuzkoa está en disposición de dar un salto cualitativo en el ámbito de los cuidados, por las capacidades y el entramado con el que contamos. El reto es grande, y el camino no está exento de dificultades, pero veo el futuro con optimismo.