Inspirados en un programa estadounidense, un grupo de voluntarios puso en marcha en el año 1995 la asociación sin ánimo de lucro Nagusilan. Desde entonces, la entidad, que tiene por objetivo acompañar a las personas mayores que se encuentran en una situación de soledad no deseada, ha ido creciendo, y actualmente cuenta con 1.000 voluntarios y 32 delegaciones repartidas por todo Euskal Herria: cuatro en Araba, cuatro en Bizkaia, 23 en Gipuzkoa y dos en Navarra, donde también colabora con otra asociación en la comarca de Bortziriak. 

La soledad no deseada que pretende combatir Nagusilan, ¿constituye una realidad más extendida de lo que creemos?

Sí, hay muchísimas personas mayores que la padecen. Hay que tener en cuenta que hoy en día el modelo de envejecimiento está cambiando. Por ejemplo, muchas veces los hijos viven lejos, y en las residencias, con los ratios de personal que hay ahora mismo, con todo lo que tienen que hacer los trabajadores, es muy difícil que puedan sentarse a charlar con los residentes. 

Es precisamente en ese ámbito donde actúa Nagusilan, ¿verdad?

Así es. Desde Nagusilan no cuidamos, sino que acompañamos a personas mayores en residencias, centros de día y domicilios. Es decir, charlamos con ellas, jugamos, ofrecemos actividades de animación…

¿Cuáles son las principales demandas por parte de las personas mayores?

Desde la pandemia hemos incrementado mucho los paseos, salir a la calle. Sin embargo, también jugamos, leemos, realizamos actuaciones… Depende del centro o de las personas, en cada caso nos suelen trasladar sus necesidades. Además, algunas de las cosas que hacemos son globales. Por ejemplo, si jugamos al bingo implicamos a mucha gente, pero hay otros casos en los que la atención es mucho más cercana y personalizada.

“Nagusilan es una asociación de personas mayores para acompañar a personas mayores y fomentar el envejecimiento activo”

Nagusilan cuenta con acuerdos con residencias y centros de día pero, ¿cómo funciona el acompañamiento en domicilios? ¿Pueden solicitarlo las propias familias?

Nosotros solemos preferir que venga a través de los servicios sociales municipales. Pero sí, existe la opción de que lo soliciten las propias familias. 

Su acompañamiento es presencial pero también telefónico. Hábleme del servicio Hilo de Plata.

Es un acompañamiento telefónico gratuito. En general, es para personas que viven solas. No es un teléfono de ayuda, sino de acompañamiento, de charla. Ahora, además, tenemos una app que se descarga el voluntario y le aparecen los usuarios a los que atiende, y así es más fácil. Funciona igual que el voluntariado presencial; usuario y voluntario acuerdan unos días y horarios, y charlan por teléfono. Quien tenga interés solo tiene que llamar al 900 713 771, de lunes a jueves de 10.30 a 13.00 y de 15.30 a 17.00 y los viernes de 10.30 a13.00.

¿Cómo funciona el voluntariado?

Nagusilan es una asociación de voluntariado, pero no con voluntariado. Es decir, todos los voluntarios son socios, tienen voz y voto en todos los órganos de decisión y tienen un seguro de responsabilidad civil. El voluntariado es flexible; cada uno elige cómo y cuánto se quiere implicar. Hay voluntarios que realizan un acompañamiento, pero hay otros que prefieren animar mediante actuaciones, es decir, tocando la guitarra, cantando, etc. A eso lo llamamos grupos de animación. En este punto me gustaría resltar que, aunque tenemos la creencia de que este tipo de acompañamiento solo beneficia a los residentes o las personas que viven solas, la realidad es que los beneficios son para ambas partes, porque se forjan relaciones muy estrechas y el voluntario no solo da, sino que también recibe mucho. 

Foto de familia del grupo de voluntarias de Irun Tipi-Tapa de Nagusilan. N.G.

¿Cuántos voluntarios integran actualmente Nagusilan?

En Gipuzkoa unos 800, y en total alrededor de 1.000. Y solo durante el año 2022 se realizaron 132.000 horas de voluntariado y se atendió a unas 6.000 personas.

“El voluntariado es flexible. Cada persona puede elegir cómo y cuánto implicarse, es totalmente flexible”

Son datos muy positivos, pero, a pesar de todo, ¿existe un déficit de personas voluntarias?

En el tema del voluntariado de cualquier tipo, hay mucha falta de gente. De todas formas, nosotros no nos podemos quejar. Tenemos suerte de que la vida media del voluntariado es más larga que en otros sectores; hay gente que a lo mejor lleva 20 años, entre otros motivos porque la gente mayor tiene mucho más tiempo libre. Aunque no dejamos de buscar voluntarios, porque trabajo siempre hay y habrá. 

¿La gente joven también se implica?

Nagusilan es una asociación de personas mayores para acompañar a personas mayores y fomentar el envejecimiento activo, aunque ello no implica que nos desentendamos de los jóvenes. De hecho, cada vez tenemos más proyectos intergeneracionales. Por ejemplo, en Tolosa, estudiantes del colegio Hirukide y voluntarios de Nagusilan trabajan juntos con usuarios de la residencia Uzturre en las huertas que tiene el colegio.

¿Cuáles son sus planes a corto plazo?

Ahora vamos a convocar el segundo Concurso de Relatos Cortos sobre soledad, dirigido a personas mayores de 60 años. El objetivo es concienciar a la ciudadanía. Y como proyectos, ahora estamos centrados en implantarnos en Bizkaia y Araba.