La portavoz de la Diputación de Gipuzkoa, Eider Mendoza, ha querido hacer este martes un llamamiento a todos los dueños de perros para que lleven a los animales “atados siempre” en el monte, tal y como lo estipula la ley. “Es su responsabilidad”, ha recordado al ser preguntada por la agresión que ha sufrido un pastor del territorio a manos de un propietario de estas mascotas. El hombre, que ha sido denunciado, también ha interpuesto otra acusación contra el baserritarra por intento de atropello.

Tal y como ha señalado Mendoza, la institución foral hace constantes “labores de sensibilización” para que los perros vayan siempre atados en los entornos rurales. No obstante, “no se puede estar en todas partes en todo momento. No es posible”, recordó. Por ello, pidió “responsabilidad a las personas propietarias de perros para que los lleven atados siempre y en todo caso”.

Estas declaraciones se dan tras conocerse que hace unos días un pastor recibió una brutal paliza por parte del dueño de un perro en una localidad de la costa guipuzcoana. El hombre, que había encontrado a a la mascota sola cerca de sus ovejas, tuvo que ser ingresado en el hospital con la mandíbula rota en dos puntos. El pastor ha denunciado al agresor y este también ha interpuesto otra al agredido asegurando que este intentó atropellarlo con el coche.

Según explicó el sindicato agrario ENBA a este periódico, el pastor dio con un perro que no conocía cerca de su rebaño de ovejas, que se encontraba más alterado que de costumbre por su presencia. Al no dar con sus dueños, el baserritarra se llevó al animal a su caserío con la intención de devolvérselo una vez estos aparecieran.

Al cabo de un rato, una mujer preguntó por el animal, a lo que el pastor le respondió que lo tenía en su propiedad y que iba a recogerlo. No obstante, a su regreso la mujer estaba acompañada por un hombre que, sin mediar palabra, arremetió contra el vehículo en el que se desplazaba el baserritarra. Tras romper una de las lunas, el dueño del animal consiguió sacar al pastor fuera del coche agrediéndole en varias ocasiones hasta romperle la mandíbula en dos puntos.

Para ENBA, esta agresión es un capítulo más de “un sin vivir” para muchos baserritarras. “Los problemas con los perros sueltos en el campo son algo habitual. Mucha gente los tiene encerrados en sus casas y vienen a soltarlos al monte para que se desfoguen. No les importa que haya animales o abrir cancelas que luego no cierran dejando que los rebaños se escapen”, denuncian, al tiempo que censuran que estos comportamientos provocan importantes trastornos en sus animales.

Las ovejas, por ejemplo, huyen atemorizadas ante la presencia de un perro llegando incluso a lanzarse a un río o saltar por un acantilado. Las vacas, por su parte, pueden llegar a tener abortos a causa del miedo.