¿Ya se les ha bajado el subidón que supuso ganar en el Camp Nou?

-Fue un subidón doble. Por la victoria en el Camp Nou, un triunfo histórico y muy bonito. Era mi primera vez en el Camp Nou y fue muy emocionante, con un montón de gente. Sacas la victoria y es especial. Siempre lo es, pero en ese campo todavía más. Y, luego, por la permanencia. Llevábamos en la segunda vuelta una racha muy mala y la gente se estaba poniendo nerviosa. Nosotros también. Le das muchas vueltas a la cabeza y no lo pasas bien. Después de estar casi cuatro meses sin ganar, en apenas una semana hemos sacado seis puntos y conseguir prácticamente la permanencia ha sido súper importante.

Entonces objetivo cumplido, ¿no?

-Sí. La primera vuelta fue muy buena, sobre todo en casa, donde estuvimos muy bien. Cogimos una dinámica muy buena y en la clasificación estuvimos muy arriba. Sabíamos que, como casi todos los equipos que ascienden, íbamos a pasar una mala racha, pero no que la mala racha iba a durar tanto. Éramos conscientes de que en algún momento iba a llegar el bache y de que teníamos que conseguir el mayor número de puntos mientras las cosas fueran bien para sobrevivir cuando llegaran los malos momentos. Llegó la mala racha y por enero decíamos que era lo normal, pero se alargó mucho, enero, febrero, marzo, abril... Y se estaba haciendo todo un poco más pesado a nivel de jugadores, de afición, de club, de todo. Pensábamos en la primera vuelta que nos íbamos a mantener sin pasar apuros y, al final, le estábamos viendo todos las orejas al lobo.

¿Ha habido dudas?

-Ha habido más dudas en cuestión de resultados que por el juego del equipo. Menos el de Osasuna, que fue un partido malo y que nos ganaron con mucho merecimiento, en el resto hemos estado bien. Fuimos a Elche e hicimos un buen partido. En casa nos han tocado Real Madrid, Atlético, Sevilla, Valencia, Athletic... Todos los equipos de la parte alta nos han tocado en casa y hemos competido bien contra ellos. El Atlético de Madrid nos mete al final y el Madrid también. Ante Sevilla y Valencia empatamos teniendo muchas ocasiones. Competíamos bien, pero no conseguíamos ganar. Y fuera también hemos hecho buenos partidos como, por ejemplo, en Granada, que nos empatan por un penalti increíble. Las sensaciones eran de que competíamos en todos los partidos, pero, por una cosa o por otra, no los estábamos sacando y en el fútbol si enganchas una racha tan larga y tan mala, te pones nervioso. Le das vueltas a la cabeza. Cambias cosas para ver si das con la tecla. Este oficio es así.

¿Qué es lo que nunca olvidará de la victoria en el Camp Nou?

-Me quedo con la emoción al acabar el partido, con la satisfacción, el subidón, los abrazos con el cuerpo técnico. Fue una sensación de alivio, de felicidad. Estaban mis padres y mi familia. Fue muy bonito. Luego, la celebración en el vestuario, la foto que sacamos en el campo después del partido todos juntos. Te quedas con eso porque han sido meses de muchos sufrimientos. Teníamos la sensación de que habíamos cerrado el trabajo. Personalmente, me quedo con el escenario; era la primera vez que había estado como entrenador. Las fotos que me sacó mi aita de recuerdo. Un chico de Beasain que lleva muchísimos años en Tercera y de repente te encuentras allí ante 80.000 personas, con Xavi al lado, que siempre me ha encantado. Luego, al final del partido, estuvimos con él.

¿Se quitaron un peso de encima?

-Sí. Bueno, sobre todo nos lo quitamos en el partido ante el Espanyol. Evidentemente que queríamos ganar en el Camp Nou, pero no esperas que vayas a hacerlo. Hombre, siempre esperas que salga todo bien y ganes, pero son campos muy difíciles para ganar. Sabemos que si haces las cosas muy bien y tienes ese punto de suerte, puedes ganar. De hecho, el Cádiz, unos días antes, ya lo había hecho. Pero son campos muy complicados. Por eso digo que el peso nos lo quitamos unos días antes, en el partido ante el Espanyol. Llevábamos cuatro meses sin ganar, se estaba creando un ambiente de ansiedad. Ganar fue una liberación. Al Camp Nou fuimos sin presión, las cosas se hicieron bien, cerraron la temporada en el mejor escenario.

Lo acaba de decir, es casi imposible ganar en esos campos. La Real no lo hace desde hace 30 años...

-No lo sabía. Es un ejemplo de lo difícil que es ganar en esos campos. La Real, que es un equipazo, que lleva una dinámica en los últimos años de estar siempre en Europa, con buenas plantillas, compitiendo siempre contra todos y no ha podido ganar allí. Hace unos años, cuando yo era más joven, estuvimos casi a punto de ganar la Liga, los años de Champions, de Griezmann, de Jagoba... Me dices que lleva 30 años sin ganar allí. Pues imagínate lo difícil que es. Todos sabemos que hay campos más difíciles que otros. Es sentido común. Andoni Iraola, por ejemplo, que ha jugado una barbaridad de partidos en Primera División, me dijo que el único campo de España en el que no había ganado era en el Camp Nou.

Habla de la Real en primera persona. ¿Cuánto de especial es el partido del domingo para Unai Mendia?

-Es especial, porque de pequeño siempre he sido de la Real y siempre he ido con la camiseta de la Real a clase, a Anoeta. He sido socio. Soy de allí y ha sido mi equipo. Lo que pasa es que la vida te va llevando por otro camino y defiendes el lugar en el que estás tú. Pero mi equipo, desde pequeño, siempre ha sido la Real. Es la verdad. Fuimos a Vigo también el año que casi ganamos la Liga, también a Vallecas. De jóvenes, siempre que hemos podido, hacíamos planes. Luego, con la edad, se va complicando todo por tu trabajo, la familia. He sido de la Real toda la vida.

¿Corazón partido entonces?

-Te voy a ser sincero. Cuando estás en un equipo, quieres que gane tu equipo. Es un trabajo, estás aquí. Quiero que gane el Rayo. Ojalá que la Real se clasifique para Europa, lo disfrutemos y lo haga muy bien. A la Real le veo prácticamente todos los partidos y cuando estoy allí, suelo ir a Anoeta con mi hermano, con mi novia. Me encanta la Real, pero este fin de semana quiero que gane el Rayo.

¿Le ha dado mucho la barrila su familia para este partido?

-En la familia, tradicionalmente, todos somos de la Real, pero sobre todo los amigos y gente que he entrenado me han dado la turra con el tema de las entradas. Llevo muchos años entre Beasain, Anaitasuna, Aloña Mendi... Al final viene gente de Oñati, de Beasain, mi cuadrilla. La familia suele venir prácticamente a todos los partidos, mis padres, mis hermanos, cuando pueden, también. Si habitualmente pido ocho o diez entradas, para este partido voy por 30. Y no sé cómo voy a hacer para sacar para todo el mundo. Lo voy a intentar. Mira, la cuadrilla es la primera vez en todo el año que viene a verme. Ya les he dicho: ¡Cabrones! No habéis venido en todo el año y ahora que viene la Real... A Miranda sí que fueron, pero llevo dos años en el Rayo y no han venido. Es verdad que no podían por el covid, pero hasta este año no han venido. Estuvieron hace dos semanas en Gasteiz. El domingo estará aquí mi cuadrilla y estoy contento. Tenemos la permanencia prácticamente conseguida y podré disfrutar un poco más.

¿Qué me dice de la Real?

-Desde que está Imanol, sinceramente, me gusta mucho la propuesta, cómo juegan, cómo cuenta con la gente de casa y que no tiene ningún miedo de hacerlo. Sinceramente, es el entrenador perfecto. Alguien de la casa, que es más de la Real que el escudo y lo está haciendo muy bien. Están entrando en Europa y este año están compitiendo otra vez por entrar. Me gusta mucho, les veo mucho. Están trabajando muy bien en cuanto a juego, fichajes, filosofía, gestión de grupo. Es un equipo que siempre está enchufado y da gusto verles.

¿Qué es lo que más le gusta de esta Real?

-Me gusta que son valientes, que presionan altos, que no especulan, que van siempre a meter gol. Vi el partido ante el Barcelona y en la segunda parte, iban perdiendo, y eran capaces de presionarles arriba, con una gran intensidad. Me gusta la sensación, la energía que transmite. Me gusta mucho también el calor que transmite la afición en Anoeta. ¡Cómo ha cambiado del Anoeta con pistas a este! La afición aprieta mucho. Cuando nosotros íbamos cuando existían las pistas ni mucho menos era así. Otra cosa que me gusta mucho es que Imanol cree en una filosofía que a mí me gusta y cuando las cosas van mal, no la cambia, y va con eso a muerte. Los jugadores se lo han comprado. No me gustan los entrenadores que cambian, se asustan, especulan. Me gustan muchas cosas de la Real.

¿Son muy parecidos Imanol e Iraola?

-En cuanto a juego sí que tienen similitudes. Nosotros también somos de ir adelante, presionar alto, de cuando metemos uno, tratamos de ir a por el segundo. Siempre tenemos una proposición bastante ofensiva. Imanol, en este sentido, es muy parecido. Aunque ahora ha metido el rombo y está cambiando, posicionalmente jugamos parecido. Sí que tienen cosas en común.

Personalmente hablando, ¿cómo está viviendo esta experiencia?

-Sinceramente, jamás pensé, cuando empecé a entrenar en Beasain, que iba a estar en Primera División. Ni como primero ni como segundo. Sí pensé que si lo hacía bien, igual algún equipo de Segunda B podría interesarse. Siempre te imaginas, pero este mundo también te va quemando y no todo es bonito. Salió la oportunidad de ir con Andoni al Mirandés y salió bien. El año pasado con el Rayo también. Este año, una temporada muy buena. Han habido también años malos, en los que las cosas no han salido tan bien, pero en estos tres últimos años las cosas, al menos deportivamente hablando, han salido muy bien y estoy muy contento. No lo esperaba, pero ha llegado y estoy intentando trabajar todo lo que puedo, que salgan las cosas bien y mantenernos aquí todo lo que podamos.

Ya se está hablando de Iraola como sucesor de Marcelino en el Athletic. Siendo usted de la Real...

-No sé lo que pasará... A ver si acabamos la temporada bien, que la gente se quede a gusto. Con los seis puntos ante Espanyol y Barça hemos dado un paso casi definitivo. Acabar bien la temporada, tratar de disfrutar, que estar salvados un mes antes de que termine la temporada, lo hubiéramos firmado todos. A ver si podemos disfrutar este final con algo menos de presión.

La Real llega más necesitada que el Rayo. ¿Cuál es su opinión?

-Depende de qué lado lo mires, todo el mundo necesita los puntos. Cada uno tiene sus objetivos. La Real está luchando por Europa. Eso es verdad. Viene de hacer un buen partido, pero de perder en casa con el Barcelona. Ellos seguro que creen que los necesitan más que nosotros, pero, a pesar de los últimos seis puntos, hemos hecho una muy mala segunda vuelta, no hemos ganado en casa y para nosotros es súper importante terminar la temporada bien ante nuestros aficionados, que nos han apoyado de una manera increíble. Aquí la gente aprieta muchísimo. Es una pasada y estamos en deuda con ellos. No les hemos dado todo lo que se merecían. Queremos ganar en casa y romper la mala dinámica en la segunda vuelta.