Agur a Pedro Lazkano, el rostro del bolo tradicional en Donostia
El que fuera presidente de la Federación de Bolos y Toca de Gipuzkoa, Pedro Lazcano, falleció el pasado sábado a los 71 años, lo que ha dejado huérfanos no solo a sus familiares sino, también, a los aficionados a esta modalidad deportiva de la que fue el máximo representante en los últimos tiempos.
Nacido en el caserío Otxoki cercano a Garbera y residente desde hacía tiempo en Aiete, Lazcano había trabajado hasta su jubilación en la fábrica de ascensores Otis-Zardoya de Herrera y había sido campeón de bolos así como representante de la federación guipuzcoana. Había tejido una amplia red de amigos, muchos de ellos relacionados con los bolos tradicionales, que ya le echan de menos y recuerdan su calidad deportiva y humana. Así lo destacó ayer la asociación de vecinos de Aiete, Lantxabe, que recordó su labor de cuidado en el bolatoki de Aiete, del que fue uno de los impulsores, para que las bolas se deslizaran correctamente en las tiradas. Lazcano también se animaba a ayudar en otras tareas del barrio, como el prensado de manzanas del caserío Katxola, siempre sonriente y dinamizador, tal y como recordó la asociación.
Además, fue el responsable durante largos años de mantener en condiciones el antiguo bolatoki de Ategorrieta, de los pocos que quedan en uso en la capital guipuzcoana tras la desaparición del de Herrera.
Hace quince días, según explica una allegada, la familia quiso tributarle un homenaje. Unas 70 personas se congregaron en el bolatoki de Herrera, uno de sus txokos preferidos. Todos tiraron a los bolos y degustaron unos pintxos en su compañía. Deja esposa, cuatro hijos y cinco nietos.