Donostia se enfrenta al nuevo curso con 1.200 plazas en residencias de estudiantes y colegios mayores. La cifra se queda corta, según señalan los responsables de distintos alojamientos consultados por este periódico, ya que a día de hoy hay lista de espera en gran cantidad de ellos o, simplemente, no hay plazas. El problema afecta especialmente a los estudiantes internacionales que vienen para programas Erasmus o similares, de varios meses de duración, y no para todo el curso. Los que llegan el segundo trimestre son los que más problemas tienen para lograr un techo.

La cantidad de camas en habitaciones para alumnos crecerá en un futuro no muy lejano, tras la construcción de un edificio en Riberas de Loiola, de la firma holandesa The Student Group, en el que podrán convivir estudiantes de larga estancia con visitantes de una noche. El proyecto prevé añadir 320 camas a la oferta donostiarra en un edificio de seis plantas entre las calles Humboldt y Otamendi Anaiak. Prevé abrir en 2021.

Mientras tanto, la capital guipuzcoana se arregla con las 1.200 plazas disponibles para una población universitaria de 15.000 estudiantes, muchos de los cuales siguen viviendo en el hogar familiar. Los que no pueden, por venir de lejos, se arreglan con los pisos compartidos y sus elevados precios. Donostia ocupa el cuarto lugar en el Estado en precios de habitaciones en pisos compartidos, según un estudio elaborado por el portal Pisos.com, que cifra en 402 euros el precio medio mensual en la ciudad.

El coste de las residencias en Donostia, por su parte, es variado y oscila entre los 400 euros al mes en el caso de los centros más económicos hasta los 1.200, en el de las residencias más lujosas, vinculadas al Opus.

Las residencias de estudiantes instaladas en Donostia son de distintas tipologías, aunque abundan las de carácter religioso, algunas de ellas conventos o internados de centros escolares en el pasado. Este es el caso, por ejemplo, de la residencia del colegio La Salle, en Loiola, que dispone de un centenar de camas a escasos metros de la estación del Topo. Este edificio, tanto para chicos como para chicas, funciona desde hace 34 años, cuando el Consistorio sugirió al colegio religioso la posibilidad de habilitar habitaciones para los estudiantes de otros puntos geográficos. “La demanda es estable, aunque en los dos últimos años sí se nota que hay problemas para alojar a los estudiantes que vienen para cuatro meses o un semestre”, explican en el centro.

También puede ofrecer bajos precios la residencia Manuel Agud Querol, del grupo Resa, que tiene un convenio con la UPV/EHU, por lo que da preferencia al alumnado de esta institución. El complejo, situado en Berio, empezó a funcionar en el año 2006 con 290 plazas, aunque amplió seis años después sus instalaciones en vista de la necesidad existente. Esta residencia, con 385 habitaciones y 417 camas, cuenta con cocina en todas las habitaciones, lo que permite a las familias no tener que pagar pensión alimenticia, como en otros centros. Los alumnos pueden hacer la compra y cocinar, además de hacer uso de los comedores universitarios. Como en otros centros, la demanda es superior a la oferta disponible.

Todas las comodidades

Precios más altos

Donostia dispone de otras residencias con amplio número de plazas como el colegio mayor Olarain, con 222 camas, cuyo coste mensual para un estudiante puede rondar el millar de euros. Este centro, de alto nivel, ofrece todo tipo de comodidades e, incluso, cuenta con espacios insonorizados para que puedan ensayar los estudiantes del conservatorio superior de música Musikene.

A esta residencia solo la sobrepasan en precios las ligadas al Opus: el colegio mayor Ayete, para chicos, y el Jaizkibel, para chicas, ambos situados en Aiete en dependencias espectaculares y con tarifas que pueden llegar a los 1.200 euros mensuales.

En el lado opuesto se encuentran algunos centros religiosos, generalmente femeninos, situados en conventos. Uno de ellos es el de las Esclavas del Sagrado Corazón, de la avenida de Zumalakarregi, con una quincena de plazas, que está igualmente llena estos días previos al inicio del nuevo curso escolar. Estudiantes de puntos lejanos de Gipuzkoa, así como de Bizkaia, Navarra y otras comunidades del Estado copan las plazas del lugar y suelen repetir cada año.

También son exclusivas para chicas la residencia de la Compañía de María, el antiguo colegio renovado de San Bartolomé, que ofrece 60 plazas en una modernas instalaciones; El Carmelo, en Amara, con 50; Misioneras del Sagrado Corazón, con 40, y Villa Alaidi, en el paseo de Hériz, con 80.

La capital guipuzcoana también cuenta con otro tipo de alojamientos que en ocasiones son utilizados por estudiantes de modo esporádico. Por ejemplo, el albergue de Uba, dependiente de Fomento de San Sebastián. Aunque en principio no está destinado a estancias largas, a veces acoge a algún estudiante que espera a que se libere alguna habitación en un piso. Pero los precios no son bajos. Un cuarto para dos personas del 9 a 15 de septiembre tiene un precio de 586 euros.