donostia - Los responsables de la noria Mirador Princess que abrió ayer sus puertas en Alderdi Eder han propuesto al Ayuntamiento la posibilidad de quedarse en Donostia hasta Navidad. De momento, están hablando, según afirmaron los responsables de la empresa de Sevilla Eventos MA, aunque lo único confirmado hasta ahora es que la noria girará junto a la bahía hasta el 8 de septiembre.

Tras el éxito de público de la instalación que se colocó en el mismo lugar durante las navidades pasadas, parece que había expectación en la ciudad por probar la nueva atracción, a juzgar por las colas. La noria se puso en marcha alrededor de las 11.00 horas y durante la mayor parte de la jornada se formaron colas bastante importantes. Ayer a media tarde, por ejemplo, la espera media era de entre 20 y 30 minutos, según los viajeros.

La Mirador Princess es una atracción nueva (de 2018, año en el que visitó los sanfermines), cuenta con 42 metros de altura (la de Navidad era algo mayor, de 50 metros) y catorce cabinas con capacidad para ocho personas cada una. Son cabinas cerradas, con aire acondicionado y calefacción. La misma empresa, veterana en el negocio de las norias, cuenta con ejemplares de mayor tamaño (una de 75 metros), pero ayer explicaban que por la ubicación elegida, junto a la calle Andia, no era viable instalar una de mayores dimensiones.

“Merece la pena la espera, las vistas son espectaculares”, contaban ayer Asier y Nerea, una pareja que llegó a Donostia a pasar unos días desde Barcelona. “A mí me hacen ilusión este tipo de cosas, soy de Donostia pero no vivo aquí, vengo poco y poder enseñar la ciudad a las visitas desde aquí es bonito”, contaba ella.

“La verdad es que sí que es bonito, la vista es increíble, aunque hemos pasado frío, el aire estaba muy fuerte”, reconocían al bajar de su cabina las hermanas hernaniarras Lourdes, Loli y Ana, que tras montar en la de Navidad ayer vieron la nueva y se dieron el “capricho” de probar aprovechando que las colas no eran tan largas: “Esta es más cómoda, aunque la otra, abierta, también tenía su cosa”.

“No sabíamos que estaba, pero la hemos visto al llegar y hemos decidido probar”, coincidían las donostiarras Ana y Maite mientras esperaban su turno ayer por la tarde. Añadían, sin embargo, que aunque tiene cierto sentido como algo puntual por las fiestas, no les gustaría que la noria se quedase de manera permanente en Alderdi Eder. “Rompe la estética, se ve desde toda la bahía”, apuntaban.

“Lo que no entiendo es por qué ponen una con cabinas abiertas en invierno y otra cerrada en verano”, añadía Mari Carmen Gabarain, que piensa subirse a ella en los próximos días a pesar de que le genera algunas dudas.

Durante la primera jornada de ayer el precio para subir a la rueda era de 2,5 euros, importe reducido que se mantendrá todos los lunes y el día 8 de septiembre, que será, en principio, el último de funcionamiento. El resto de días el billete costará 4,5 euros.