Urnieta - José Ramón Jauregui es la tercera generación de herreros instalados en Urnieta, pero ve difícil que cuando él se jubile su profesión tenga relevo.
Usted ha seguido el oficio familiar.
-Llevamos 95 años. Mi abuelo vino de Amezketa cuando mi padre tenía un año. Entonces no se hacían solo hachas, se hacían también herramientas de labranza, aparejos de los caseríos y se herraba al ganado. Pero en los últimos 40 años solo hacemos hachas.
¿El mercado les ha obligado a especializarse?
-Hasta hace 40 años en todos los pueblos había por lo menos dos herrerías, porque había mucho ganado y había mucho trabajo. Cuando aparecieron los tractores y desaparecieron los bueyes, muchos de los que trabajaban en la herrería se dedicaron a la construcción, a calderería, a hacer balcones... pero a mi padre le gustaba el oficio del hacha y continuó con ello.
¿Cuándo tuvo clara su vocación?
-Yo mientras estaba estudiando le ayudaba a mi padre, como era normal antes, el hijo mayor en sus ratos libres tenía que ayudar en casa. Cuando volví de la mili me surgió un trabajo y tuve que decidir si me iba a trabajar afuera o me quedaba en casa. Por ciertas circunstancias de la vida, decidí continuar en casa y seguir con las hachas. No me arrepiento de mi decisión, si pudiera ir 40 años atrás haría lo mismo, pero este trabajo tiene que gustarte.
¿Siguen fabricando las hachas de manera artesanal?
-No tiene nada que ver el hacha como se hacía entonces a como se hace ahora. Aunque se mantiene lo que le da calidad al hacha, que es la forja. La cabeza la fundimos, lo que nos evita muchísimo trabajo y muy duro, pero mantenemos la forja de la boca y también la forma. Es un hacha única, que Baroja describió como hacha con boca de luna. Es un hacha curvada. Esa hacha solo se hace aquí, en el País Vasco, y más concretamente en Gipuzkoa.
Sus hachas son muy apreciadas. Incluso tiene una página web www.hachasartesanas.com.
-Hoy en día recibo correos de todo el mundo, sobre todo de Canadá y de Estados Unidos, donde hay muchos coleccionistas, que están extrañados de lo buena que es el hacha. Con Internet se accede a todo el mundo. Antes se vendía en las ferias, en las ferreterías y la gente que venía al taller. El envío también se ha abaratado muchísimo.
¿Qué tipo de hachas fabrica? Las habrá para diferentes usos.
-Yo hago tres tipos de hacha. Para cortar leña, que tiene diferentes tamaños; luego están las inoxidables por tema de sanidad que se usan en las carnicerías y mataderos; y luego están las hachas de competición, que son la joya de la corona, es de lo mejorcito que hay en hachas. Son tres tipos de hacha que no tienen nada que ver unas con otras. He conseguido un hacha de competición muy buena, con muy buen material porque ha habido una persona, Jesús Bozal, que entiende muchísimo de aceros y de su tratamiento y me ha ayudado una barbaridad. Otra de las características de la calidad de un hacha es su geometría y en el diseño del hacha me ha ayudado Juan Mari Yurramendi. Estas hachas no se terminan a mano, se meten en un programa para que los ángulos, la silueta... sean perfectos.
Su txoko guipuzcoano preferido. Mi mayor txoko es la punta de cualquier monte de Gipuzkoa. Soy muy montañero.
Un paisaje idílico. Por ejemplo, el que se ve desde la cima del Adarra.
Un monte. El Adarra es mi segunda casa. Cuando tengo un rato libre, mi mayor vicio es subirlo.
Una playa. La Concha, pero más desde el paseo.
Unas fiestas o un evento. No me gustan las aglomeraciones, prefiero las fiestas de los pueblos.
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ipuzkoando