donostia - No solo los usuarios lo han notado. El sector del taxi también admite que, en algunos momentos, no funciona como debería, razón por la que el Ayuntamiento y las asociaciones han iniciado un proceso para renovar el reglamento, que data de 1997, con el que se regula la situación de este servicio público en la actualidad.

El presidente de Vallina, Josean Arrospide, reconoció a NOTICIAS DE GIPUZKOA que en algunos momentos del pasado verano “ha habido una situación de colapso”. El presidente de una de las dos asociaciones de profesionales del taxi que operan en Donostia explica que la realidad de los últimos tiempos, con numerosos acontecimientos culturales y más gente en la ciudad a causa del turismo, hace que las directrices acordadas hace dos décadas entre los taxistas y el Consistorio se hayan quedado obsoletas.

Arrospide recuerda que, además del incremento de visitantes, la ciudad cuenta con picos de uso del taxi, que no siempre se ven correspondidos por la realidad de los coches disponibles y ello ha llevado a que, en más de una ocasión en los últimos meses, los clientes que pretendían coger un taxi hayan escuchado de la centralita una respuesta extraña: “No le puedo mandar taxis porque no hay disponibles en este momento”.

“A veces no hemos podido dar servicio”, explica Arrospide y pone como ejemplo la tarde del 20 de octubre, cuando una nutrida manifestación llenó de gente todo el centro de Donostia y el paseo de Bizkaia de autobuses, con un atasco de tráfico que tuvo repercusiones en el servicio del taxi. Pero sin que la ciudad llegue a estar ocupada por cualquier manifestación política o deportiva, hay otros momentos en los que tanto los taxistas como los usuarios admiten que este servicio puede mejorar. “Llegan a diario dos trenes a Atotxa con muchos pasajeros y poco tiempo de diferencia y a veces se nota”, dice el representante de Vallina, que cree que sí hay margen de mejora para el servicio. “En el puente del Pilar, por ejemplo, no pensábamos que habría tanta demanda y nos vimos pillados porque también había muchos extranjeros, un sector que, en principio, no tiene fiesta esos días”, señala.

Arrospide confía en que las conversaciones que iniciaron los taxistas con el Ayuntamiento hace “tres o cuatro años” lleguen a buen puerto. “Vamos de la mano del Ayuntamiento”, recalca. En el último Pleno, de hecho, la concejala de Movilidad, Pilar Arana, se comprometió a presentar un nuevo borrador del reglamento del taxi antes de fin de año, con el fin de actualizar la normativa en vigor, que el alcalde calificó recientemente de “anticuada”.

En Donostia hay actualmente 308 licencias de taxi, divididas entre las dos asociaciones del taxi (Radio Taxi Donostia y Vallina Teletaxi), además de media docena de taxistas independientes. El 6,8% de los coches están adaptados a personas con discapacidad y hay una veintena de paradas. Ocho son permanentes, es decir, que teóricamente funcionan las 24 horas del día, y el resto son diurnas: tienen que ofrecer servicio de 7.00 a 23.00 horas.

El proceso iniciado para tratar de mejorar el servicio al cliente podría obligar a instaurar turnos obligatorios en determinados momentos para “prestar un servicio más racional” ya que, en la actualidad, la única jornada en la que hay retenes obligatorios es el domingo, con un turno de 8.00 a 14.00 horas y otro de 14.00 a 20.00 horas, una fórmula que se demuestra insuficiente en numerosas ocasiones.

Por lo demás, el reglamento en vigor estipula los descansos obligatorios de los taxistas, que son de un día, entre lunes y viernes, y de un fin de semana de cada tres. El objetivo es que no haya demasiados taxis funcionando a la vez cada día y, así, entre semana puede haber un máximo de 238 vehículos trabajando y los fines de semana, 208. Lo que no está garantizado en el reglamento es que en cada momento haya un mínimo de coches en servicio.