Tolosa - Mientras prepara las maletas para poner rumbo a Irán, Ura Iturralde ultima los detalles del curso de fotografía que impartirá a su regreso en Tolosa. La fotógrafa lleva entre manos un proyecto sobre minorías no religiosas en Irán y tratará de fotografiar a transexuales, homosexuales y drag queen. “En todos mis proyectos arriesgo, voy con una idea, pero no sé lo que me voy a encontrar y con qué trabajo voy a volver”, reconoce Iturralde.
Ya tiene fecha para su próximo viaje, ¿cómo lleva los preparativos?
-Sí, y ya me estoy poniendo nerviosa. Viajo el 3 de octubre a Irán. Cuando vuelva empezaré con el curso de fotografía nocturna con el Ayuntamiento de Tolosa. Es la tercera vez que lo impartiré, porque es un buen ejercicio para mí y me lo paso muy bien.
¿Por qué quiere profundizar sobre las minorías en Irán?
-He leído sobre los homosexuales, transexuales y drag queen, y quiero descubrir cómo es la vida para ellos en un país como Irán. Me llama mucho la atención. La transexualidad es legal, pero la homosexualidad tiene pena capital. Tengo el contacto de una joven de 23 años que me ha localizado a varias personas.
¿Cómo empezó a adentrarse en el mundo de la fotografía?
-Estudié diseño gráfico y trabajé ocho años en una tienda. Me gustaba la fotografía y estaba como un pájaro en una jaula, pero el trabajo fue a menos y me despidieron. Entonces vi una oportunidad para hacer lo que me gustaba, que era viajar y hacer fotografías. Compré una cámara, cogí un vuelo y me fui tres meses a Asia sin pensármelo. Empecé a sacar fotos sin objetivo alguno, investigando con la cámara, viendo el entorno... Aprendí mucho y volví decidida a profundizar mis conocimientos sobre fotografía.
¿Y cómo se interesó por la fotografía documental?
-Me interesan las historias y fui viendo que quería profundizar en las experiencias que vivo cuando viajo. Me fui a Madrid a hacer un curso sobre fotografía documental, donde también aprendí a escribir. A través del profesor pude publicar varios trabajos en la revista Interviú.
¿Y cuál fue su primer viaje profesional?
-Decidí ir al pueblo donde mataron al Che Guevara y propuse el tema a Zazpika de Gara. Les gustó mi propuesta y la publicaron. Ahí vi que tenía que trabajar por mi cuenta como freelance y dirigirme yo a los editores para conseguir publicaciones.
¿En qué medios ha publicado?
-El Zazpika publica muchos de mis trabajos, porque sé qué temas les interesan, que son temas que me interesan a mi también. Pero tengo que ir tanteando, viendo qué propuestas hago a cada editor. Uno de mis reportajes sobre los musulmanes en Cuba fue publicado por Aljazeera. Se lo propuse a ellos porque sabía que les interesaría y así fue.
¿Y qué temas le interesan?
-Huyo de los sitios donde hay muchos periodistas y de los temas que están de moda. Me interesan las historias de gente que me aporte algo.
¿Cómo prepara sus viajes antes de hacer las maletas?
-Arriesgo en todos mis proyectos. Primero empiezo a interesarme sobre un tema en concreto que me despierta la curiosidad, me documento e intento atar varios contactos en el terreno para poder llegar allí y tirar del hilo.
Un trabajo sobre los últimos samaritanos de Palestina le ha permitido ganar este año el prestigioso certamen Baffest.
-Sí, está siendo un año muy bueno. Ganar este festival estatal de mujeres fotógrafas me ha permitido además estar todo el año como colaboradora en Euskadi Irratia. En realidad mi objetivo no era hacer un trabajo sobre los últimos samaritanos cuando llegué, pero me los encontré y se mostraron muy abiertos, por lo que pasé dos semanas con ellos.
¿Encuentra siempre gente accesible?
-No. Con la gente de Rusia no se puede hablar, por ejemplo. En Mozambique tampoco encontré lo que buscaba y no me sentí cómoda. Volví con un reportaje muy turístico y de muy mal humor. Siempre es mucho más complicado ganarte a la gente, que hacer las fotografías.
¿Es difícil vivir de la fotografía documental?
-Sí, es muy complicado, por eso tengo que fotografiar bodas, impartir cursos... Este sector es duro y he dejado a muchos compañeros en el camino. A la gente le parece que estoy siempre viajando y que vivo bien, pero yo todos los meses tengo que luchar para sacarme un sueldo.
¿Se arrepiente de la decisión que tomó?
-¡Para nada! y todo el mundo me dice que parezco otra persona. Quizá el día de mañana tenga que dedicarme a otra cosa, pero nunca lo dejaré, porque esto me encanta.