Los ibartarras no fallaron ayer a su cita con las guindillas y el tomate. El tiempo no acompañó al ambiente festivo que inundaba las calles de la localidad guipuzcoana en el marco de las fiestas de San Bartolomé, pero no frenó el entusiasmo de las cientos de personas que se acercaron a la plaza del Ayuntamiento, ya que organizaron el acto estrella en el frontón. “Llevamos realizando este acto desde hace 40 años y teníamos claro que iba a venir gente”, explicó Ixiar Arratibel, concejala del Ayuntamiento de Ibarra. La corporativa se encontraba en ese momento junto a otros compañeros y el alcalde de la localidad probando los langostinos y manifestó que el que había probado estaba “muy picante”.
Disfrutando de la gastronomía se encontraba Marta De Carlos, natural de Ibarra, pero hace muchos años que ya no vive ahí. Pese a ello, no olvida de dónde viene y afirmó que acude a las fiestas “todos los años”. Para ella el tiempo no era ningún problema: “Hace un tiempo estupendo y además los pimientos están picantes y eso calienta el cuerpo”, expresó con una sonrisa.
Dejando de lado el optimismo, reconoció que otros años “hay más ambiente porque los días suelen ser más soleados”, pero felicitó a la organización por “preparar tan bien el acto en el frontón para que la gente no se mojara”. Lo que sí echó en falta es la tamborrada infantil que suele tocar en la plaza pero que se tuvo que suspender debido a la lluvia.
Eduardo Agirre es de Errenteria y fue por primera vez a la cita con las guindillas, ya que no conocía la fiesta pero un amigo se la recomendó. Agirre restaba importancia al mal tiempo y afirmó estar “muy a gusto aunque llueva”. Mientras señalaba los manjares, confirmó: “Primeran!”.
La lluvia no solo fue la invitada durante el acto gastronómico, sino que ha condicionado la cosecha de langostinos de este año. Pedro Zubelzu, uno de los productores que estaba cocinando y sirviendo las guindillas ayer, explicó que este año “ha sido muy complicado porque ha hecho muy mal tiempo y este producto necesita luz”. Añadió que “hay mucha calidad en el producto, pero poca cantidad”. Zubelzu declaró que los piparras “pueden recogerse hasta el mes de octubre, aunque se puede alargar más si el otoño no es malo”.
Ayer contaban con cinco kilos de guindillas de dos tipos y Zubelzu manifestó que “la mayoría en esta época del año piden las que están fritas en lugar de las avinagradas”.