donostia - La capital guipuzcoana -junto con Reading, en Inglaterra - va a ser el banco de pruebas de la experiencia Bizhiri, en la que el Ayuntamiento marcha de la mano de dos empresas locales: Ceit-Ik4 y Luma. Es esta una iniciativa que tiene como elemento distintivo un candado “inteligente” que se colocará, a modo de prueba, en 300 bicicletas y que servirá, entre otros fines, para localizarlas en caso de robo.
La concejala de Movilidad, Pilar Arana, calificó ayer de “muy interesante” la propuesta, que marcha en la línea de incorporar “las nuevas tecnologías” a la circulación en bicicleta.
Alfonso Brazález, investigador de Ceit-Ik4 y experto en temas de movilidad, explicó el funcionamiento del proyecto Bizhiri que, a trazo grueso, consiste en incorporar a las bicicletas un candado fijo con un sensor, que funciona con tecnología Bluetooth e informa de la ubicación del vehículo en todo momento.
Dicha información es recibida en el móvil por el titular de la bici, que previamente se habrá dado de alta, con sus datos, en la aplicación.
Amaia Jiménez, de Luma -empresa especialista en seguridad que ha fabricado el candado- explicó que, de momento, no se comercializará, dado que previamente se hará una prueba con los 300 ciclistas donostiarras para observar el funcionamiento y detectar posibles fallos.
Para participar en el proyecto piloto los interesados deben inscribirse, a la mayor brevedad, en bizhiri.luma.es. Cuando se vaya a poner en marcha la actividad la empresa contactará con los solicitantes, que no deberán abonar importe alguno y que podrán quedarse con el candado una vez finalizado el proyecto. La aplicación solo es válida para terminales con sistema Android, por lo que no puede ser utilizada en un iPhone.
el funcionamiento El candado que se coloca en la bicicleta -que lleva una batería de larga duración que no debe recargarse y dura “años”- dispone de un sistema de localización GPS que permite conocer la situación del vehículo.
El usuario podrá saber el lugar en el que se sitúa su bicicleta en todo momento, así como la distancia realizada y otros datos de interés. Además, también podrá conocer dónde se encuentran otras con el mismo sensor, gracias a dispositivos ubicados en la ciudad.
De cara al futuro, esta información podrá ser utilizada por el Ayuntamiento -que la recabaría de forma anónima, sin los datos de los usuarios- para detectar puntos negros, incidencias, desperfectos en las vías ciclistas, etc.
datos Además, explicó Brazález, también podrá usarse para conocer los puntos con mayor afluencia de ciclistas y adoptar decisiones en la línea de incorporar un aparcamiento de bicicletas en un punto concreto, sumar un nuevo tramo de bidegorri u otro tipo de medidas.
Brazález puso el acento en el componente “colaborativo” que tendrá esta aplicación, ya que posibilitará una puesta en común de información de interés entre los ciclistas.
La aplicación, aseguró, “irá mejorando con el tiempo”, según se vayan detectando necesidades y fallos.
El candado se instalará en la bicicleta de forma que no impida o ralentice el pedaleo. El usuario procede a candar la bici de forma mecánica, el dispositivo se activa y desactiva con una llave, pero se queda fijo.
Este dispositivo es de especial interés para seguir la pista de los vehículos robados, algo muy práctico si se toma en cuenta que el año pasado se denunciaron en torno a 800 robos de bicicletas.
El problema, apuntó Arana, radica en que la mayoría de las personas no acostumbran a registrar sus bicicletas, por lo que luego es difícil seguirles la pista. La nueva aplicación también funcionará, en cierta medida, como registro, ya que al darse de alta en la aplicación el usuario deberá incluir los datos del vehículo que utiliza.
Para la puesta en marcha del proyecto las empresas que lo impulsan y el Ayuntamiento han contado con la colaboración de Kalapie y Tecnun, que repartirán candados entre usuarios habituales de bicicleta y compartirán posteriormente sus experiencias.