donostia - La rehabilitación de la torre del Buen Pastor permitirá que esta atalaya sea visitable, además de sanear su actual situación de deterioro, que se ha traducido en la caída de algunos fragmentos del característico campanario de la catedral a la calle. Izuri Larrañaga y Xabier Zabala, de Zetabi Arquitectos, explicaron ayer que la rehabilitación del torreón reparará su actual situación, condicionada tanto por los 120 años de vida del templo como por los arreglos llevados a cabo en los años 1970, que incluyeron la creación de un forjado interior de hormigón, que también se ha deteriorado y afectado a las piedras originales. Entonces, las zonas más dañadas fueron recubiertas de un mortero muy duro que, en la actualidad, no deja respirar a la arenisca, lo que provoca roturas y desperfectos. A partir de verano, según las previsiones, comenzará una rehabilitación profunda, que obligará a sustituir algunas piedras rotas, entre otras actuaciones, que rondarán los 1,6 millones de coste.
Los técnicos responsables del proyecto de rehabilitación llevaron a cabo en la mañana de ayer una visita al interior de la torre en compañía del obispo, José Ignacio Munilla, y del delegado del Gobierno en Euskadi, Javier de Andrés, con motivo de la aportación por parte del Ministerio de Fomento de una subvención de 835.776 euros para la obra, lo que supone el 50% del coste previsto. De Andrés subrayó que el Buen Pastor es un “icono vasco” desde el punto de vista espiritual y una de las “imágenes más populares” de Donostia.
Los técnicos explicaron que, una vez rehabilitada la torre, se podrá visitar gracias a que existen dos escaleras de caracol. Una de ellas se usará para subir y la otra, para bajar. Aunque la torre es muy “esbelta y permeable”, como señaló Larrañaga, se moja por dentro con la lluvia, además de quedar muy afectada por el viento y el salitre que llega al campanario desde el mar, lo que ha provocado un fuerte deterioro que hace necesaria su rehabilitación.
Munilla se mostró satisfecho con la aportación recibida por parte del 1,5% Cultural del ministerio de Fomento y subrayó que el Buen Pastor, además de la iglesia madre de Gipuzkoa, es también el edificio más fotografiado de la ciudad, además punto de visita de numerosos turistas. Desde que hace un año la iglesia se dejó de cerrar al mediodía, se calcula que cada día unas 300 personas entran en la citada franja horaria para conocer el templo donostiarra.
sin cobrar Munilla descartó que la apertura de la torre a los visitantes, así como el propio acceso al edificio, sean de pago en el futuro. El obispo manifestó que el cobro de entrada a los turistas en Santa María obedece a la necesidad de pagar a los bancos la deuda de dos millones de euros que pesan sobre la basílica donostiarra tras las obras ejecutadas para rehabilitar el templo y ubicar en él el Museo Diocesano.
Asimismo, agradeció la aportación estatal de la mitad del coste de la rehabilitación y añadió que ahora la Iglesia inicia un labor de “llamada a los guipuzcoanos” para lograr fondos, tanto de personas, como de entidades privadas e instituciones. “No va a haber ningún donostiarra ni guipuzcoano que no resulte beneficiado de la obra”, dijo Munilla.