U na parte del río Urumea, la situada entre los puentes de Santa Catalina y María Cristina, aparecerá estas navidades llena de cajas luminosas en suspensión. El cambio de imagen obedece a la propuesta que ha resultado ganadora del segundo concurso convocado por la sociedad municipal Fomento de San Sebastián para dotar a Donostia de un nuevo elemento de la iluminación navideña, igual que sucedió el pasado año con la gran bola que se colocó en la plaza de Cervantes. “Para nosotros, ganar este premio es también un regalo de Navidad; que se vea algo nuestro cuando aún estamos estudiando”, recalcan Maier Múgica y Ander Delgado que, junto con Itziar Molinero (estos días en Sevilla), forman el trío ganador del certamen.

Los tres estudiantes, que han terminado el grado de arquitectura y están ahora desarrollando un máster, son los responsables de la idea Tori Opari, que será ejecutada por la empresa Iluminaciones Ximénez, encargada de colocar la iluminación navideña.

“Nos sorprendió resultar ganadores del certamen porque era un proyecto bastante ambicioso”, explica Maier Múgica, que recuerda que la propuesta presentada consiste no solo en colgar cubos de luz de lado a lado del río sino en crear formas apilables, con el fin de poderlas transportar mejor. No obstante, la joven arquitecta explica que no sabe cómo se ejecutarán finalmente las cajas, porque la tarea ha sido encargada a la empresa de iluminación.

Su compañero de equipo Ander Delgado recuerda que las primeras ideas que barajaron consistían en construir cajas opacas colgando sobre el río, unos objetos que resultarían más pesados por lo que, finalmente, fueron transformados en cubos compuestos solo por aristas de luz. “Como son luces de led blanco, pensamos que si se alarga la iluminación hasta San Sebastián, se podrían iluminar las cajas en azul y blanco”, destaca.

Las cubos, que simbolizan los regalos del periodo navideño, también hacen un guiño a los cubos del Kursaal y a los bloques de piedra del espigón de la Zurriola, según explican los graduados, que subrayan que no querían proponer un objeto demasiado concreto sino algo que permita distintas interpretaciones.

El proyecto ganador prevé colocar un total de nueve cables de acero de orilla a orilla del río en el tramo señalado en el concurso. De cada cable colgarán entre cinco y siete cubos luminosos de un metro de lado, según su propuesta, que podría variar algo en función de las condiciones técnicas.

Las cajas colgantes sobre el río son una de las dos partes de la idea ganadora, que también proponía instalar cubos similares, aunque con las caras elaboradas de plástico semitraslúcido, en lugares emblemáticos sobre tierra firme. Estas cajas, una vez abiertas, proyectarían luz sobre edificios emblemáticos como la Equitativa, el hotel María Cristina, el teatro Victoria Eugenia o el Kursaal. Esta parte, sin embargo, no se llevará a efecto.

Aunque inicialmente Fomento de San Sebastián había determinado un premio para los ganadores de 3.000 euros, la entidad ha decidido otorgar un segundo premio, que también se pondrá en práctica, y dividir la dotación entre ambos equipos. La segunda propuesta representa unos arcos de madera como puerta de entrada al portal de Belén, rodeados de luces que simulan las estrellas, sobre la acera del puente de María Cristina. La idea ha sido presentada por el grupo propuesto por Maite Aizpuru, Leire Gardía, Olga Egia y Aitor Ballarin.