donostia - Una decena de vehículos de bomberos, el más antiguo de 1922, sirvieron ayer de decoración para el homenaje que tributó el Ayuntamiento de Donostia a sus especialistas, en el 150º aniversario de la creación del cuerpo, en 1867. Los camiones permanecerán todo el fin de semana en Alderdi Eder para que los ciudadanos puedan contemplarlos.
Además de numerosos agentes del cuerpo de extinción de incendios y emergencias, el acto, que se desarrolló en el salón de Plenos, contó con la presencia de trabajadores jubilados del servicio así como de los últimos jefes, Javier Bayona y Eduardo Aragolaza. El actual, Imanol Andonegui, inició el homenaje mostrando su felicidad por celebrar el siglo y medio de vida de este departamento municipal y de poder hacerlo en las modernas instalaciones de Garbera, con todos los adelantos técnicos. “Es un orgullo y una responsabilidad y estoy inmensamente feliz”, declaró el máximo responsable, que fue muy aplaudido por el público presente, en el que también había muchos familiares.
A ellos se refirió también Andonegui en su discurso, cuando recordó los momentos de nervios que pasan cuando saben que ellos están en una actuación que puede resultar peligrosa.
El alcalde, Eneko Goia, también dirigió unas palabras a los presentes y recordó brillantes actuaciones de estos agentes, como las del último incendio fuerte de Igeldo o las inundaciones de Martutene. El regidor destacó que el cuerpo de Bomberos donostiarra está “avanzado, preparado y bien formado” y añadió que “es una gran tranquilidad para un alcalde”. Finalizó su discurso diciéndoles: “Sois un lujo”.
El tributo municipal a todos los agentes que han pasado por el cuerdo -cuatro de ellos han fallecido en acto de servicio- quedó encarnado en la figura de José Ignacio Korta Urrestarazu, que se jubilará el año próximo. Korta, hijo y nieto de bomberos de Donostia, mostró imágenes de su padre y su abuelo y, con palabras llenas de emoción, explicó que hay dos tipos de actuaciones, las primeras, que sirven para evitar que los fuegos y otros problemas se atajen y no vayan a más, y las segundas, que afectan a las personas. “Los salvamentos y rescates son muy gratificantes porque salvar la vida de alguien es un subidón”, señaló. “Gracias por darnos el sueldo a los Korta durante 80 años”, concluyó el sargento, que recibió una placa honorífica de manos de Eneko Goia.
La segunda placa de la celebración fue entregada a uno de los nietos de Juan Rafael Alday, arquitecto municipal autor de la barandilla de La Concha y del edificio de los bomberos de la calle Easo, entre otros, además de jefe del cuerpo durante más de cuarenta años. El descendiente de Alday, que no llegó a conocerle, agradeció el tributo y destacó que, a pesar de que los nietos sabían que su abuelo ya fallecido había sido arquitecto y jefe de bomberos, lo que les llamaba la atención de niños era precisamente el hecho de que había sido bombero. De hecho, relató, guardaban en su casa el casco.
Tras las distintas intervenciones y una sesión de fotos en Alderdi Eder, junto a los vehículos expuestos, tocó el turno a José Manuel Etxaniz, que presentó el libro Bomberos donostiarras, apuntes para su historia, 1867-2017, en el que detalló el nacimiento de este cuerpo en Donostia así como distintas anécdotas de los primeros tiempos de un servicio que en todas las ciudades es actualmente imprescindible.
Imágenes sobre la historia de este cuerpo donostiarra pueden contemplarse este fin de semana, de 10.00 a 19.00 horas, en el acceso al ayuntamiento por los jardines de Alderdi Eder.