donostia - ¿Cuál es su principal preocupación como alcalde en este momento?
-Igual porque la entrevista se hace en este momento concreto, pero respondería que me preocupa el debate sobre el turismo, porque no sé hasta qué punto podemos canalizarlo de modo racional. La culpa de todos los males se le echa al turismo y así el debate no se puede producir. Por ejemplo, el precio de la vivienda es un problema en Donostia pero lo era también en 2003 y 2007 y no existía tanto turismo. Es una cuestión importante que no merece un debate irracional. No confundiendo cosas y generando sensaciones, como buscan algunos. Además, tenemos algunas fortalezas naturales contra la masificación del turismo, que nos alejan de algunos peligros. Entre ellas, nuestro mal tiempo.
El debate sobre el turismo está monopolizando el verano donostiarra, pero dicen que hay datos que indican que hay menos visitantes que el pasado año. ¿Es así?
-Hay indicadores parciales que dicen que puede ser así. Tanto en las visitas a la oficina de turismo como en la ocupación hotelera, que es algo menor. También lo que los comerciantes trasladan, que aseguran no vender lo mismo que en 2016, y en los recuentos de personas de la Parte Vieja. Son indicadores que avanzan que no hay el volumen de turismo del año pasado y que, en todo caso, no hay más.
Sin embargo, el debate es más fuerte este año que en 2016.
-Está adquiriendo un protagonismo que no se corresponde directamente con los datos y reivindico que los debates tienen que ser con datos. Además, algunas acciones llevadas a cabo, como la protesta de Ernai contra el tren turístico, no contribuyen al debate serio.
¿La posible reducción de visitantes en 2017 podría tener que ver con que la Capitalidad de 2016 sí atrajo visitantes?
-Ha habido un hipercriticismo con el tema de la Capitalidad que no se corresponde con la realidad. Las menciones y apariciones de la ciudad en la prensa internacional, por ser capital europea de la cultura, existió y tuvo un efecto.
¿La ordenanza de pisos turísticos ayudará a regularizar este sector y cambiar el empleo negro por otro en condiciones?
-No creo que haya un problema de empleo negro extraordinario. Sí tal vez un problema de tributación, porque hay rendimientos que no se declaran debidamente. Y una coordinación entre todas las administraciones que tenemos que ver con la materia, incluida la nueva ordenanza, hará mejorar el asunto.
La ordenanza, que será aprobada de modo inicial el 31 de este mes, tendrá un porcentaje máximo de pisos turísticos por comunidad, según el barrio, tal y como se ha avanzado.
-Vamos a una limitación por comunidad de vecinos porque se constata claramente que muchos pisos turísticos en una comunidad generan problemas y muchas comunidades juntas en determinadas zonas con oferta excesiva también. Vamos a un escenario de limitación y a distinción de zonas.
¿Si todo va según los plazos previstos ahora, para cuándo estará operativa la ordenanza de pisos turísticos?
-Estaría en vigor el año que viene. El escenario es que en verano esté todo despejado y clarificado.
¿Se llegarán a cerrar apartamentos que hoy trabajan con normalidad? ¿Va a haber algún tipo de ‘amnistía’?
-No. Y hay que recalcar que hoy en día también se cierran apartamentos. Y claro que algunos se van a tener que cerrar. Aparte de aprobar una regulación también estamos haciendo un planteamiento de medios humanos por parte del Ayuntamiento para que esa norma se cumpla.
¿Se va a crear algún cuerpo de inspectores o ampliar la Guardia Municipal?
-Las facultades de control las tiene asignadas la Guardia Municipal y lo que requerimos es un operativo mayor para poder hacer una mayor inspección. En el área de Urbanismo, en concreto en Actividades, donde se tramitan los expedientes, hace falta también un refuerzo porque hay un mayor volumen de trabajo.
¿Habrá que engordar la plantilla de la Guardia Municipal, teniendo en cuenta que también hace mucha falta para el control en la Parte Vieja?
-Es harto complicado porque hay limitaciones legales que no nos permiten hacer muchas cosas. Pero en los cuerpos de seguridad hay una posibilidad de cubrir el número de operativos y se trata de que las plazas que existen estén cubiertas y varias de ellas estén destinadas a este fin.
¿Para hacer cumplir las normas de respeto al vecindario hace falta mano dura?
-En algunos momentos sí hace falta mano dura. Es inevitable. Todos aspiramos al escenario ideal de que cada uno sea responsable de asumir su cuota de responsabilidad para que tengamos una buena convivencia, pero no todos lo hacemos.
Parece que algunos sectores temen que se frene el turismo ahora que la ciudad está creando nuevos negocios, como hoteles, relacionados con los visitantes.
-Si la ciudad tiene visitantes es porque resulta atractiva porque la hacemos bonita o agradable. No lo tenemos que hacer para otros sino para nosotros mismos. Si somos capaces de mantener una ciudad así será un foco de atracción y no debemos bajar la guardia en hacer las cosas bien. La clave para que la ciudad pueda tener cierto éxito es que lo hagamos bien. Si lo hacemos mal o queremos ser desagradables con quien nos visita -algunos parece que quieren serlo- no será así y sufriremos también las consecuencias de ese escenario.
¿Le han informado de estas actitudes desagradables, más allá de las pintadas contra los turistas?
-Siempre hay alguien, pero no especialmente. Pero las pintadas sí que son desagradables.
Parte Zaharrean Bizi hizo unas acusaciones muy duras contra el Ayuntamiento, aunque parece que el diálogo no se ha roto.
-Han planteado el manifiesto por el Derecho a Vivir en la Parte Vieja en el contexto de una manifestación extraña contra el turismo y eso no les ha beneficiado. Les ha contaminado una reivindicación con bases de razón y se ha mezclado con cosas fuera de lugar. Pero tenemos una nueva cita para el mes de septiembre, como estaba previsto ya antes. Seguimos trabajando para dar una respuesta a los problemas que tiene la Parte Vieja.
Hay problemas evidentes en la Parte Vieja, pero también ha mejorado en algunos aspectos si echamos la vista atrás, ¿no?
-Mirando en perspectiva, se han mejorado algunas cosas. El control y cierre de los establecimientos se cumple razonablemente, aunque siempre puede hacer una banda de ruidosos que, aunque esté todo cerrado, monte bronca. Los horarios no tienen que ver con los de hace unos años ni el cumplimiento de las normativas, que es mayor.
El exalcalde Odón Elorza dijo que se veían venir los excesos del turismo. ¿Qué opina?
-Prefiero no opinar demasiado. Me parece oportunista y sin contenido, No quiero darle importancia. Además, cuando se empezó a calentar el debate en torno a la turismofobia, varió el discurso.
Se ha posicionado a favor de una tasa turística, que debe ser aprobada por el Gobierno Vasco. ¿Si tuviera en sus manos esos fondos a qué los destinaría?
-En este momento, tenemos una sociedad de turismo que se dedica a gestionar estos aspectos, que vive de la aportación que le hace el Ayuntamiento de los recursos generales. Si yo puedo sufragar esa aportación con la tasa turística me permitirá mejorar las actuaciones y liberar dinero del Ayuntamiento a otras cosas que son necesarias para seguir manteniendo la calidad del destino, como es la seguridad, la limpieza, etc... Esa aportación mejoraría la oferta al turismo pero a la ciudad en general también.
¿Se ha quedado algún año sin vacaciones por su tarea institucional?
-Siempre suelo coger vacaciones pero procuro hacerlo en momentos en los que la actividad municipal permita hacer un paréntesis. Agosto no es un buen mes porque hay muchas actividades. En la semana de Pascua no hay tanto problema y cogí vacaciones. Uno tiene que descansar pero también está la familia. No suelo coger periodos largos, suelo aprovechar una semana, en momentos adecuados.
¿Cree que es necesario cerrar el Koldo Mitxelena tres años?
-Eso no me corresponde a mí. Es la Diputación la que quiere reformarlo. Pero la ciudad lo va a notar porque cumple un papel muy importante.
¿Se mantiene el plan para unir la biblioteca del Koldo Mitxelena con la municipal?
-Por ahora no es que esté en el aire, pero no se llevará a cabo a corto plazo. Es verdad que se han abierto nuevos espacios como Tabakalera y el tiempo que estemos sin el Koldo Mitxelena, gracias a eso, no lo pasaremos tan mal.
El convento de Santa Teresa no va a ser finalmente para ampliar la ikastola Orixe. ¿El Ayuntamiento tiene algún otro edificio que sirva para mejorar las instalaciones de la ikastola?
-En tan buenas condiciones no, ese es el problema. El viejo edificio de Orixe no cumple las mejores condiciones y no está tan cerca.
¿Cuándo comenzarán las obras de La Bretxa?
-Confío en que para finales de año estemos en disposición de hacer la distribución de los espacios.
Las escuelas de surf piden más regulación. ¿Qué puede hacer el Ayuntamiento?
-No es fácil. Nosotros hacemos una regulación y hay limitaciones pero la demanda es cada vez mayor. Tendremos que dar una vuelta al asunto para seguir mejorando.
¿Illunbe se ha vendido ya formalmente?
-No, estamos dentro del año de plazo para que se haga.
El edificio del ZM, en el paseo de la Zurriola, se ha adjudicado a un hostelero, pero se ha perdido el verano. ¿No es una pena?
-Sí claro, pero las cosas no suceden como uno desearía. El final del contrato anterior no fue fácil y las leyes que nos rigen tienen condiciones que no podemos saltarnos, lo que lleva a cumplir unos plazos.
¿Hay tanta dificultad de aparcar como para obligar a la rotación de las motos?
-Lo que hemos constatado es que hay un problema en verano y en el centro. Las plazas para motos son cada vez más y aún y todo hay un problema real sobre todo en agosto. Con los coches se usó el sistema OTA para repartir el espacio y se decidió que las motos quedaran fuera de esta fórmula. Pero igual interesa tener algo de ese sistema para garantizar que se puede aparcar la moto. También podría haber motos residentes con viñeta, como los coches. Y estamos en esa reflexión. Es objetivo que hay un problema en verano.
A pesar del acuerdo del Cupo, los impuestos sí van a subir un 0,7%
-En realidad solo sube el de circulación y las tasas, que son deficitarias, de basuras y agua y saneamiento. En el agua hay una necesidad de cambio de contadores. No hemos ido a cubrir el déficit, pero sí a no engordarlo más. La basura cuesta más porque nos cobran más por depositarla.