La calle más antigua de la ciudad, que se salvó parcialmente del incendio de 1813, y fue considerada en 2017 como una de las más interesantes de Europa, según el periódico New York Times, se ha convertido también en la que mayor número de pisos turísticos tiene de toda la Parte Vieja, el barrio más visitado por quienes llegan de otros lugares a conocer Donostia.

Según un estudio hecho público recientemente por la asocación vecinal Parte Zaharrean Bizi, en la calle 31 de Agosto se contabilizan 36 apartamentos específicos para estancias cortas de visitantes, así como cinco pensiones, un índice que ha subido como la espuma en pocos años. En el particular ranking de calles con apartamentos turísticos elaborado por la asociación de residentes ocupa el segundo puesto la calle Fermín Calbetón, hasta hace pocos años conocida por su elevado número de bares. Hoy por hoy, además de numerosas tabernas, acoge 24 pisos turísticos así como ocho pensiones, según el mismo estudio.

El Boulevard, con 21 pisos y cinco pensiones, ocupa el tercer lugar. La calle General Jauregui, con 16 pisos, está en el cuarto puesto; el paseo de Salamanca con 14 pisos y un hotel, en quinto; la calle Euskal Herria, con 13 pisos, el sexto; General Etxague con 12, el séptimo; y la calle Puerto con 11 apartamentos, además de seis pensiones, se sitúa en octava posición.

Otras vías de la Parte Vieja en las que también se han habilitado distintos alojamientos para viajeros son, por ejemplo, la calle San Juan, con nueve pisos, además de nueve pensiones; Pescadería, con otros nueve pisos; la calle San Jerónimo, con seis pisos y otras tantas pensiones; Esterlines, con cinco pisos y dos pensiones; Ijentea, con seis pisos, y Embeltrán, con cuatro pisos y tres pensiones.

La Parte Vieja, según este recuento, dispone de 275 pisos turísticos y, a juicio de la entidad vecinal, el 84% son ilegales. Asimismo, la asociación considera que el 16% de ellos cumple las normativas vigentes (del Gobierno Vaco y del Ayuntamiento) y que solo el 23% podrían ser legalizables. Otro 13% cumplirían las condiciones, según afirman, si tuviesen ascensor y, por lo tanto, fuesen accesibles.

La existencia de pisos turísticos no afecta solo a la Parte Vieja, aunque sí es el barrio en el que más incidencia tiene el fenómeno. Este entorno, junto al Centro y Gros, concentran el 80% de los apartamentos para visitantes que, según distintos registros, pueden rondar los 1.300. Asimismo, se estima que el número de camas no regladas, fuera de la oferta de pensiones y hoteles, puede ascender a 14.000.

En este contexto, el Ayuntamiento lleva meses trabajando para dar con la ordenanza adecuada, que está a punto de pasar su primer trámite. Aunque el alcalde, Eneko Goia, declaró recientemente que es necesario huir de “alarmas exageradas”, la nueva ordenanza será más restrictiva, según avanzan distintos responsables, y llevará a la clausura de algunos apartamentos. No obstante, el concejal de Turismo, Ernesto Gasco, ya anunció que el Gobierno municipal aboga por evitar la saturación de la ciudad aunque manteniendo el empleo actual, lo que implica que no todo lo actualmente ilegal seguirá siéndolo en el futuro.

La nueva ordenanza, cuya aprobación se espera para agosto, declarará saturada de actividad económica la Parte Vieja, por lo que no solo no se podrán abrir hostales ni pisos turísticos sino tampoco otro tipo de actividades económicas. Hay que recordar que en la Parte Vieja tampoco se pueden abrir nuevos bares, aunque sí renovar los existentes.

La nueva normativa para controlar que la proliferación de este nuevo sector económico no borre del mapa la vida de los residentes también concretará el máximo de pisos turísticos que podrá haber en cada portal, en las zonas en las que sí se permitirá. En función de determinados parámetros, los pisos turísticos podrán ser del 5% al 8%.

Fuera de la Parte Vieja, la ordenanza prevé crear dos zonas, con diferentes normas de cara a los apartamentos turísticos. Por una parte estarían Gros, el paseo de Francia y el Centro, con ciertas restricciones, y por otra, el resto de la ciudad, con menos.