Creación pura y en el momento. Actuaciones únicas e irrepetibles que se construyen completamente ante los ojos del público. Sin ensayos previos, ni guión, ni elementos técnicos ni escenográficos. Lo que se produce es espontáneo. Improvisado. Así es la propuesta que mañana (22.30 horas; cinco euros) recalará en el gazteleku de la mano de los oñatiarras Ariane Telleria, Egoitz Aizpuru, Itziar Arkauz y Josu Zubia. Los cuatro forman Supituki inpro taldea, que se estrenará dentro de un espectáculo que se suma a la antesala del Kilometroak 2017.

“La palabra Supituki tiene un sonido especial y, a su vez, está relacionada con lo que hacemos”, explica Zubia. Sobre las tablas estos cuatro jóvenes reaccionan “súbitamente” (supituki); rápido, de forma inmediata.

El grupo brotó en la gala de improvisación con la que en enero de 2016 se presentó en sociedad Irazan an-tzerki gunea, el proyecto que meses antes echó a rodar en Eltzia como un espacio de artes escénicas participativo en el que aprender, divertirse, sentirse bien, estrechar lazos de amistad y dar rienda suelta a la creatividad. La iniciativa está dando sus frutos.

Lo que experimentaron en aquella puesta de largo se tradujo en un “queremos más”. Les picó el gusanillo. “Fijamos algunas bases para funcionar y semanalmente nos reunimos para trabajar el teatro improvisado, que después aplicamos sobre el escenario”, detalla Zubia acerca de un grupo que nace con vocación de tener continuidad y que, por ahora, cuenta con cuatro miembros.

para pasarlo bien “Lo bonito de la improvisación es que permite contar historias que se generan y desarrollan in situ”, recalcan. Un teatro no convencional en el que los actores no saben qué papel van a jugar en la obra y en el que el espectador es parte activa del show. Por tanto, la cita de mañana va a ser “especial, para pasarlo bien”, anuncian. Única en la medida en la que se creará en el momento. “Al público se le entregará una tarjeta para que escriba una palabra, una frase... Después habrá una elección que se leerá, y comenzaremos a improvisar. Por eso, cada actuación siempre es diferente”, sentencia Zubia.