Empujados porque la situación profesional les conduce a abandonar la trayectoria laboral, por necesidad o para colmar sus inquietudes, lo cierto es que no son pocos los que se animan a dar el salto y transformarse en emprendedores. Un camino que empieza por una idea, por ese momento que bien germinado y con acierto puede convertirse en la primera piedra para la construcción de un sueño: tener un negocio propio. Para abrirse camino en la complicada senda del mercado laboral, la Mancomunidad de Debagoiena cuenta con un recurso encaminado a apoyar las nuevas iniciativas empresariales que fomenten la creación de empleo. Este centro, que tiene su base de operaciones en Arrasate, va a reforzar su infraestructura con la adecuación de otros seis locales más en Aretxabaleta en total serán 22, que darán cobijo a las nuevas empresas durante sus primeros años de vida.
Caldererías, montajes eléctricos, mecánicos, moda, gabinetes psicopedagógicos, servicios sanitarios por Internet, inmobilaria, masajistas, yoga, decoración de interiores, gestión de fondos financieros, guía y excursiones montañeras, reparación de bicicletas La tipología de los proyectos que han tocado las puertas del Centro de Iniciativas Empresariales (CIE), que tiene su sede en el edificio de Nafarroa etorbidea, es muy variada. Desde que echó a rodar en 1997, ochenta ideas de negocio se han beneficiado de este servicio, de las cuales se mantienen en activo el 65%; una cifra que valora positivamente el responsable de la Agencia comarcal de Desarrollo Económico, Koldo Azkoitia.
Todas las solicitudes siguen el mismo proceso. Al promotor se le asigna un tutor que le informa, orienta y asesora en la definición de su plan de negocio y viabilidad, así como en la puesta en marcha del mismo. Por su parte, para la cesión de un espacio en el CIE se valoran distintas cuestiones por ejemplo, se otorga puntos si el impulsor de la iniciativa reside en la comarca, siendo un requisito indispensable que la antigüedad de la empresa no sea superior a seis meses.
Cada local se otorga por un año con la opción para los usuarios de prorrogarlo hasta tres. La tasa que abonan se va incrementando "y al tercer año se arrima más a los precios de mercado", explica Azkoitia.
"El CIE tiene como objetivo ayudar al lanzamiento de las empresas, porque el principal problema al que se enfrentan normalmente es al de encontrar una ubicación", precisa Azkoitia. Indistintamente mujeres y hombres, de 25 a 35 años es el perfil mayoritario de los emprendedores que han iniciado su andadura en este semillero de ideas y proyectos.
En estos momentos once empresas En el centro de la Mancomunidad funcionan actualmente 11 empresas para un total de 17 puestos de trabajo. De los ocho módulos reservados para actividades industriales de transformación, tres de ellos se encuentran libres, mientras que las ocho oficinas pensadas para dar respuesta al sector servicios, no solo tienen colgado el cartel de completas sino que mantienen en espera dos solicitudes.
Esto no es sino un reflejo de la tendencia de los últimos años. "Desde la crisis hasta ahora, las actividades que piden su estancia en el CIE están en su gran mayoría vinculadas a los servicios; no requieren grandes volúmenes de inversiones, son pequeñas empresas", detalla Azkoitia.
Sobre si los tiempos difíciles, cuando el empleo por cuenta ajena escasea, son un revulsivo para agudizar el ingenio y el emprendimiento, el responsable de la agencia comarcal insiste en que en el caso de los locales de la Mancomunidad "en el periodo de crisis ha habido una disminución en el número de peticiones. Además, hay que distinguir entre la personas que vienen con una planteamiento claro, a partir del que pueden desarrollar un negocio y tener una viabilidad futura, de aquellos que no tienen un proyecto u otra alternativa y, por lo tanto, el riesgo es mayor. Con la crisis se ha visto de todo, pero más desesperados que ideas viables".
En cualquier caso, se le está dando la vuelta a la tortilla y "hay un repunte en la demanda". De ahí que la decisión del Ayuntamiento de Aretxabaleta de ceder al ente mancomunado las instalaciones que en su día ocupó la inmobiliaria Bruesa en la calle Aralar se entienda, por un lado, "como un modo de responder a la peticiones de oficinas para implantar servicios", y por otro, "es una oportunidad para contar con una infraestructura más amplia y, a su vez, cercana para los promotores que quieran emprender en Aretxabaleta".
La inversión que afrontarán las arcas de la Mancomunidad en la puesta a punto de estos seis módulos es mínima. "La distribución ya está hecha, con cuatro salas bastantes hermosas y dos de menor tamaño, así que los gastos corresponderán a la instalación eléctrica y poco más", adelanta Azkoitia.
El local que el Consistorio compró a Aretxabaletako Tanatorioa para que este último, en lugar de en Aralar kalea se emplazara en el industrialdea, estará listo para cumplir su nueva función en la segunda quincena del próximo mes. Dispuesto a ser un soplo de aire fresco para nuevos negocios, por el momento ya registra una solicitud.