legazpi - A Gallego, además de leer y escribir, le gusta jugar al ajedrez y es integrante de la banda de música de Legazpi. El acto de hoy estará amenizado por un cuarteto de saxofones. El libro estará a la venta, a catorce euros.
¿Qué estudió?
-Soy licenciado en Filosofía y después hice un postgrado en Filosofía, Ciencia, Tecnología y Sociedad. Me ha costado recordar el nombre del postgrado...
¿Dónde trabaja?
-Si estudias Filosofía solo puedes trabajar de profesor y empecé a trabajar en una fábrica. Allí cogí experiencia como forjador. Después hice un ciclo superior en Automatismo. Ahora trabajo en la empresa Bellota, donde hago un poco de todo: forjar, programar un robot... Soy un poco polivalente.
Bellota es lo que queda del gran imperio de Patricio Echeverría.
-Bueno, ya ni eso. Era lo que quedaba de Patricio, hasta que la compraron los canadienses.
¿Siempre le ha gustado leer y escribir?
-Siempre me ha gustado leer y escribir. No soy una persona que lea de continuo, pero tengo rachas en las que leo mucho y luego otras en las que descanso. Me gusta mucho meditar sobre lo que leo. No me gusta leer por leer.
¿Tiene algún autor favorito?
-Casi todos mis autores favoritos son filósofos. En el libro menciono, por ejemplo, a Jean-Paul Sartre. Pero todos los filósofos que menciono forman parte de un relato. Es una obra de narrativa.
¿De dónde le viene esa pasión por la filosofía?
-Es curioso, pues yo iba para ingeniero, pero la nota no me dio para entrar en la facultad de Donostia. Podía haber ido a Gasteiz, pero no lo tenía claro. Entre las opciones elegidas estaba Filosofía y le pedí consejo a mi padre. Me dijo que de pequeño siempre estaba haciendo preguntas sobre el mundo y el universo y que me veía estudiando Filosofía. Me convenció.
Es raro que un padre anime a su hijo a estudiar Filosofía.
-Pues sí, pero por lo que sea a mi padre le encajó.
¿Le gustaron los estudios?
-Sí, pero nunca he trabajado en ello. No me han aportado nada material, pero me han ayudado a escribir este libro, por ejemplo.
¿Cuáles son sus filósofos favoritos?
-Siempre me han gustado Nietzsche y Sartre. También he leído a los clásicos, claro: Descartes, Aristóteles, Kant, Wittgenstein, Marx... Pero también he estudiado otras muchas cosas aparte de la filosofía.
¿Se ve de profesor?
-Llevo años intentando apuntarme en las listas, pero siempre me pasa algo.
¿Le da rabia que la sociedad no dé mucha importancia a la filosofía?
-Aquí está en un segundo plano, no como en otros países como Alemania. Pero bueno...
¿Su libro sirve como acercamiento a la filosofía?
-He intentado escribir un libro que se lea fácil, pero detrás de las historias hay un trasfondo filosófico un poco megalómano. Yo creo que la filosofía tiene que ser megalómana. El filósofo tiene que abarcarlo todo. No puede quedarse en algo concreto. La esencia de la filosofía no es esa.
¿Es su primer libro?
-Sí. Anteriormente había iniciado otros trabajos, pero no logré acabarlos. Este lo he acabado porque he tenido un problema de salud, que me ha permitido tener mucho tiempo libre.
¿Qué más puede decir acerca del contenido del libro?
-Son quince relatos cronológicamente ordenados, que van desde comienzos del siglo XX hasta la actualidad. El último transcurre en el futuro. Las historias están ambientadas en Londres, París, la Unión Soviética, Estados Unidos... El último relato, el que transcurre en el futuro, está localizado en Granada.
¿Qué cree que nos deparará el futuro?
-No van por ahí los tiros. Es acerca de cómo fabricamos nuestros propios dioses y a través de ellos creamos nuestros valores y nuestra moral. Y los dioses van cambiando con el tiempo.
El libro tiene también una lectura política.
-Critico la lucha entre el capitalismo y el comunismo: creo que deberíamos exigir mucho más a nuestros gobiernos.